Lo que cuenta es la honestidad
En un mundo donde la desconfianza y la falta de transparencia parecen ser la norma, es refrescante encontrar historias de personas que se atreven a ser honestas, incluso cuando es difícil. La honestidad es un valor que se ha vuelto cada vez más escaso en nuestros días, y sin embargo, es precisamente lo que nos hace humanos. En este sentido, es importante destacar que la honestidad no solo es una virtud moral, sino que también es una herramienta fundamental para construir relaciones basadas en la confianza y para alcanzar el éxito en cualquier ámbito. En esta noticia, exploraremos los beneficios de la honestidad y cómo puede cambiar nuestras vidas y nuestras relaciones.
El mundo del fútbol y la sombra de la manipulación
Han pasado 184 días, 26 semanas, desde que el Barça jugó ante la Real en Donostia. Sin embargo, Deco decidió que el encuentro con el agente de Martin Zubimendi se produjera en los días previos al nuevo duelo entre blaugranas y txuri urdin. Un movimiento que levanta sospechas sobre las verdaderas intenciones detrás de esta reunión.
Por respeto y educación, el representante atendió la llamada, acudió y escuchó. Pero ¿cuál es la razón por la que Deco eligió esta semana y no cualquiera de las anteriores? ¿Qué había detrás de esta reunión que coincidió con los días previos al partido?
Es evidente que estas reuniones en Barcelona trascienden, y era previsible que los medios se iban a hacer eco. No es la primera vez que esto sucede con el mismo equipo y con el mismo jugador. Sin embargo, no es la mejor manera para que un futbolista y un equipo afronten un partido de tamaña trascendencia.
Los tiburones están al acecho, al olor de la sangre del verano estival, pero no todo vale. Tampoco esa permanente estrategia de engaño que llevan a cabo los responsables deportivos de la Real, para la que utilizan y manipulan a la prensa gracias a ese monopolio autoimpuesto de la información y esa irrefrenable 'bunkerización' al que someten a la plantilla.
Cerrar todos los entrenamientos ya es un hábito implantado por estos pagos desde hace tiempo; pero mentir sobre quién entrena (y no) es más reciente. Y más difícil de asimilar, cuando uno afronta la ingrata tarea de tratar de informar sobre algo que no ve. Se engaña al entrenador rival, quizá, pero también al seguidor. Y al informador, que es lo de menos.
La sombra de la manipulación se cierne sobre el mundo del fútbol, y es hora de reflexionar sobre los límites éticos que se deben respetar en este deporte.
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