Los aficionados al baloncesto son testigos de la intensa batalla que los Lakers están librando en la cancha, a pesar del marcador adverso de 3-0. La historia de este equipo legendario nos enseña que la verdadera grandeza se demuestra en los momentos más difíciles. Aunque la situación pueda parecer desalentadora, los Lakers nos recuerdan que la determinación y el espíritu de lucha son valores inquebrantables en el deporte. En un mundo donde lo imposible se vuelve realidad en cada partido, no podemos subestimar el poder de la perseverancia y la entrega de estos atletas. Los seguidores del baloncesto saben que las sorpresas y los giros inesperados son parte esencial de este deporte, y los Lakers nos muestran que, a pesar de todo, la esperanza y la pasión por el juego nunca deben apagarse.
Los Lakers mantienen la esperanza de remontar frente a los Nuggets en playoffs
Llevan once derrotas consecutivas contra los vigentes campeones y están a otra más de ser eliminados de los playoffs, pero Los Angeles Lakers siguen creyendo en sus posibilidades contra los Denver Nuggets. Cierto es que en sus dos últimos reveses han llegado a comandar por dobles dígitos en varios tramos del encuentro, si bien Nikola Jokic y compañía siempre han encontrado la manera de darle la vuelta a la tortilla.
LeBron James y los Lakers buscan evitar la barrida contra Denver
Justo el año pasado, estaba 3-0 arriba y terminé jugando un séptimo partido, recordaba Gabe Vincent, miembro de Miami durante su excelente acometida a las Finales de la NBA el año pasado. En las Finales de Conferencia, los Heat vieron como los Celtics les remontaban tres partidos en contra y forzaban un último enfrentamiento al todo o nada, que para su fortuna ganaron. Se han visto cosas más locas, agregaba el escolta de L.A.
La realidad es que no: en 151 instancias, jamás un equipo que estuvo 3-0 abajo ha logrado remontar una eliminatoria al mejor de siete en unos playoffs de la NBA. Los Celtics, el año pasado, fueron el cuarto equipo en ir 3-0 abajo en forzar un encuentro al todo o nada en toda la historia de la liga estadounidense.
Aunque hubo pitos y un silencio demoledor en el tramo final de la derrota que les sitúa 3-0 abajo contra Denver, que ya les barrió de las Finales del Oeste hace menos de un año, LeBron James también quiso mandar un mensaje de esperanza. Si estás con vida, siempre tienes que creer. Aquí se juega hasta que te quedes sin ruedas, esa es mi mentalidad y la del tipo que está sentado aquí, a mi lado, decía la estrella en su comparecencia conjunta con Anthony Davis.
Ahora te lo tomas partido a partido, si pierdes te vas a casa, constataba el '23'. Hay que ir a por uno, forzar el quinto, y luego seguir a partir de ahí. Esto son los playoffs, y hemos estado ya seis años aquí, llegando a la cima, estando cerca, sabemos lo que cuesta ganar. Tienes que ser casi perfecto, pero no es una locura conseguirlo. Lo he logrado cuatro veces, una vez aquí, recordó.
Tanto Nikola Jokic como Michael Porter Jr. reflexionaron sobre la creciente dificultad de quebrar y derrotar a los angelinos, recordando las ventajas de 20 y 12 puntos obtenidas por el rival en los dos últimos choques. Son un equipo duro, y cada partido es interesante y duro de ganar. Son muy difíciles de cerrar, apuntaba el serbio. Nadie más allá de los medios se fija en las 11 victorias seguidas, porque realmente es duro ganar cada partido, añadía el alero estadounidense.
Darvin Ham, abucheado notablemente por las gradas al grito de ¡Despedid a Ham!, reflexionó sobre la cohesión grupal de los Nuggets como uno de los elementos clave de su éxito actual. Tienen la confianza de los campeones, y su quinteto titular lleva mucho tiempo junto. Su rating neto como grupo inicial se sale de los gráficos, tienen las ideas claras y ejecutan a la perfección, se resignaba el entrenador de los Lakers.
Como bien apuntan las estadísticas, solo un milagro, lo nunca visto, podrá salvar el actual proyecto de Los Angeles. Ellos quieren arremangarse para al menos dar el callo y robarles un partido a los vigentes campeones. Otra barrida sería un revés muy duro.
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