La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, y que requiere de un cuidado constante para mantenerla bajo control. Recientemente, se ha descubierto que el color de las heces puede ser un indicador importante en personas con diabetes, revelando información crucial sobre su estado de salud. Investigaciones recientes han demostrado que cambios en el color de las heces pueden estar relacionados con la presencia de ciertos problemas gastrointestinales comunes en pacientes diabéticos, como la gastroenteritis o la malabsorción de nutrientes. Es fundamental que las personas con diabetes estén atentas a estos cambios y consulten a su médico si notan alguna alteración en el color de sus heces, ya que podría ser un indicio de un problema subyacente que requiere atención médica inmediata.
Alerta: Cambios en el color de las heces podrían indicar problemas digestivos graves
Las heces son de color marrón en condiciones normales y esto se debe a los procesos y reacciones químicas que tienen lugar durante la digestión de los alimentos en el intestino y a los pigmentos que aportan algunas sustancias excretadas. Si bien es normal que su textura, cantidad y olor sufran cambios que se resuelven en pocos días, cuando el color difiere del habitual color marrón podría significar una alteración en el sistema digestivo y alertar sobre una condición más grave que se debe prestar atención.
Los expertos señalan que las heces normales deben ser: consistente en sus características, tener color marrón medio a oscuro, textura suave a firme y se debe defecar una o dos veces al día sin dolor. Una clara señal de que algo funciona mal es cuando se produce un estreñimiento o diarrea durante varios días, por lo cual es importante consultar al médico.
Una enfermedad que presenta este síntoma es la diabetes, que aparece cuando el organismo no produce o no puede usar la hormona insulina adecuadamente, porque los nervios de los intestinos son dañados por los niveles elevados de azúcar en la sangre y, entonces, los alimentos y los productos de desecho pueden desplazarse demasiado lento, causando estreñimiento, o demasiado rápido, causando diarrea.
Descubre qué significan los colores anormales de las heces y cuándo preocuparse
Por lo tanto, es bueno acudir a un profesional cuando se presenta este signo anormal al momento de defecar. En este artículo, te contaremos de qué color son las heces y cuándo hay que preocuparse.
Cuando el color de las heces es preocupante
El color marrón de las heces indica que todo anda bien y este tono se debe principalmente a la bilis, una sustancia generada por el hígado que contribuye a la digestión de las grasas, y a la bilirrubina que es el producto de la degradación de los glóbulos rojos.
Sin embargo, también pueden ser de otros colores y es importante saber qué indica cada uno de ellos. Por eso, a continuación te lo contamos:
- Color negro: las heces negras, especialmente si tienen la apariencia de café molido, sugieren sangrado gastrointestinal.
- Color blanco: si las heces son blancas, grises o pálidas, una persona puede tener un problema con el hígado o la vesícula biliar.
- Color verde: las espinacas y otros alimentos verdes pueden causar heces verdes. Sin embargo, las heces de color verde pueden ser un signo de que hay demasiada bilis y no hay suficiente bilirrubina en la materia fecal.
- Color amarillo: si las heces aparecen amarillas o tienen un aspecto grasiento, sugiere que contienen demasiada grasa.
El color de las heces que más preocupa es el rojo ya que esta pigmentación puede indicar una hemorragia en la parte inferior del aparato digestivo, es decir en el colon o recto. En cambio si no existe la presencia de sangre fresca en el excremento, pero es de color rojizo puede tener que ver con alguna comida con colorante rojo que se ingirió previamente.
El color de las heces puede cambiar según la condición médica de cada persona. Por ejemplo, el color amarillo suele aparecer cuando existen trastornos que afectan al hígado, la vesícula biliar y al páncreas ya que estas afecciones pueden interferir con la cantidad de bilis que se produce y se utiliza durante la digestión.
Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.
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