¿Cómo adaptar el entrenamiento físico a tus necesidades si tienes diabetes?

¿Cómo adaptar el entrenamiento físico a tus necesidades si tienes diabetes?

La diabetes es una condición crónica que requiere un enfoque personalizado en cuanto al estilo de vida y la salud. Uno de los aspectos clave para manejar la diabetes es el ejercicio físico, que puede ser beneficioso para la salud en general. Sin embargo, es fundamental adaptar el entrenamiento físico a las necesidades individuales de cada persona con diabetes. En este sentido, es importante considerar factores como el tipo de diabetes, el nivel de condición física y las limitaciones físicas. En este artículo, exploraremos las claves para crear un plan de entrenamiento físico personalizado que se adapte a tus necesidades y te permita disfrutar de los beneficios del ejercicio físico de manera segura y efectiva.

Adapta tu entrenamiento físico según tu tipo de diabetes

Para tratar adecuadamente la diabetes, no solo basta con tomar una medicación, en caso de necesitarla, sino también incorporar algunos cambios en la alimentación y, por supuesto, hacer ejercicio físico.

En cuanto a la alimentación, básicamente hay que comer sano: limitar al máximo los carbohidratos simples (dulces, azúcares agregados), los productos procesados, los lácteos y las carnes rojas. Aumentar el consumo de las legumbres, los granos integrales, las frutas, las verduras, los frutos secos y mucha agua.

En cuanto a la actividad física, está comprobado que hacer 150 minutos a la semana de ejercicio físico ayuda (y mucho) a regular los niveles de azúcar en sangre. Por lo tanto, es importante que las personas con diabetes mantengan una rutina de entrenamiento.

El ejercicio físico según tipo de diabetes

La Fundación Española del Corazón sostiene que el programa de ejercicios debe estar orientado a controlar los niveles de azúcar en sangre, pero teniendo en cuenta ciertas pautas de adaptación según se trate de diabetes tipo 1 o tipo 2.

Personas con diabetes tipo 1

Las personas con diabetes tipo 1 son insulinodependientes. En esta afección crónica, el páncreas produce poca insulina o no la produce. El ejercicio físico aeróbico o cardiovascular ayuda a aumentar la sensibilidad a la insulina, lo que no implica obtener un óptimo control de la diabetes automáticamente.

Para lograr el control glucémico a largo plazo, las personas con diabetes tipo 1 deben:

• Entrenar regularmente y siempre a la misma hora cada día, siendo ideal hacer ejercicio durante las primeras horas de la mañana.
• Ajustar la duración e intensidad del ejercicio a la necesidad de cada persona.
• Medir los niveles de glucosa en sangre antes del ejercicio, y controlarlos durante y después del entrenamiento.
• Realizar ejercicios aeróbicos o cardiovasculares.
• Aplicar la medicación en grupos de músculos que no se movilicen durante el entrenamiento.
• Adaptar el entrenamiento según la hora de las comidas y de la acción máxima de la insulina, que por lo general es entre las 2 y 4 horas su efecto pico.
• Consumir una cantidad adicional de carbohidratos antes o durante el entrenamiento o bien disminuir la dosis de insulina aplicada.
• Evitar la práctica cuando hace calor o frío extremos.
• Evitar el ejercicio cuando el metabolismo de la glucosa se encuentra descontrolado.

Personas con diabetes tipo 2

Las personas con diabetes tipo 2 son no insulinodependientes. En este caso, el cuerpo produce insulina pero no la puede usar adecuadamente, lo que puede aumentar los niveles de azúcar en sangre si no se trata.

En las personas con diabetes tipo 2, el entrenamiento regular ayuda mucho a controlar la glucemia, e incluso está comprobado que puede prevenir el desarrollo de esta afección si se trata tempranamente cuando los valores están al límite de lo saludable (entre 100 y 125 mg/dl).

Es fundamental seguir una dieta adecuada, equilibrada y variada, ya que el ejercicio es de gran ayuda en especial para aquellas personas que tienen:

• Sobrepeso.
• Tensión arterial alta.
• Antecedentes familiares de diabetes.

Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse. Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico.