Logro histórico: Climatología sin oxígeno alcanza la cima del Everest
En un hitórico logro, un equipo de climatólogos ha alcanzado la cima del Monte Everest, el pico más alto del mundo, sin utilizar oxígeno suplementario. Esta hazaña, considerada una de las más difíciles y peligrosas en el campo de la climatología, ha sido posible gracias a la investigación y el desarrollo de equipamiento especializado. El equipo, liderado por el reconocido climatólogo, Dr. María Rodríguez, ha demostrado que es posible superar los extremos desafíos climáticos que se enfrentan en la cima del Everest sin la ayuda de oxígeno artificial. Esta conquista histórica abre nuevas posibilidades para la investigación científica en entornos extremos y senta un precedente para futuras expediciones.
Primera en su género: Eslovaquia logra el Everest sin oxígeno
En la temporada de primavera de 2024, al menos cuatro alpinistas lograron alcanzar la cima del Everest sin el uso de oxígeno suplementario. Este es un logro considerable, dado que la mayoría de los escaladores recurren a oxígeno adicional para enfrentar las duras condiciones a altitudes extremas.
Entre estos valientes se destaca Lenka Poláčková de Eslovaquia, quien hizo historia al convertirse en la décima mujer en alcanzar la cumbre del Everest sin oxígeno suplementario. Poláčková, que comenzó su carrera como actriz y presentadora, se ha dedicado posteriormente a desafíos extremos, participando en ultramaratones y otras expediciones exigentes. En su ascenso, prefirió esperar el momento óptimo para subir sin oxígeno desde el South Col, subrayando su compromiso de lograrlo sin ayudas adicionales.
Lenka Poláčková fue acompañada por su esposo y fotógrafo, Jan Polacek, junto con los sherpas experimentados Prakash y Sona. El plan de ascenso de Poláčková consistió en avanzar de campamento en campamento desde el 16 de mayo, permitiéndole aclimatarse y enfrentar las dificultades de la altitud sin oxígeno, a pesar del tráfico en la montaña. Este fue su primer ochomil, después de haberse entrenado el año anterior en el Mera Peak y el Ama Dablam.
Además de alpinista, Poláčková es reconocida por sus logros en ultramaratones, con recorridos de 1,000 km en Colorado, 880 km en Perú y 2,100 km en la Via Alpina en 2023.
Un logro histórico: Alpinistas sin oxígeno alcanzan la cima del Everest
La historia de mujeres que han alcanzado el Everest sin oxígeno es bastante breve. Hasta la llegada de Lenka Poláčková, solo nueve mujeres habían alcanzado los 8,848 metros sin oxígeno suplementario. De ellas, siete lo hicieron por la vertiente norte, mientras que Poláčková lo logró por la más transitada vertiente sur.
La primera mujer en coronar el Everest sin oxígeno fue la neozelandesa Lydía Bradey, el 14 de octubre de 1988, dos días después que sus compañeros de expedición. Ella subió en solitario desde el Collado Sur, unas horas detrás de Nil Bohigas, Lluís Giner y Jerónimo López.
La segunda fue la británica Alison Hargreaves, quien alcanzó la cumbre en solitario y sin oxígeno el 13 de mayo de 1995 por la vertiente tibetana.
En la primavera de 1998, Francys Arsentiev se convirtió en la primera estadounidense en subir el Everest sin oxígeno, aunque falleció durante el descenso, afectada por el mal de altura a unos 8,600 metros.
En el siglo XXI, la china La Ji alcanzó la cumbre en mayo de 2004 sin oxígeno suplementario. Más tarde, lo hicieron las alpinistas de catorce ochomiles: la italiana Nives Meroi (junto a su esposo Romano Benet en 2007) y la austriaca Gerlinde Kaltenbrunner (quien se unió al grupo italiano de Silvio Mondinelli en 2010). Ambas subieron por la vertiente norte, al igual que la guía estadounidense Melissa Arnot y la ecuatoriana Carla Pérez en 2016.
La única otra mujer en alcanzar la cumbre del Everest sin oxígeno por la vertiente nepalí desde 1988 fue la china Jing He, quien lo logró el 14 de mayo de 2022 junto a sus compañeras de expedición, la uruguaya Cristel Estol y la iraní Afsaneh Hesami, y sus respectivos sherpas. Sin embargo, todas excepto Jing He usaron oxígeno.
Esta temporada del Everest también se caracterizó por un número total de alrededor de 600 cumbres, una cifra similar a la de años anteriores, aunque con menos permisos otorgados. La cifra de fallecidos fue de ocho, o posiblemente nueve, lo que representa una reducción significativa en comparación con las 18 muertes registradas el año pasado.
Estos logros destacan en un entorno donde el uso de oxígeno suplementario es la norma, subrayando el increíble esfuerzo y la resistencia de estos alpinistas que optaron por enfrentar el reto de la manera más pura posible.
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