El tenista español Rafael Nadal se encuentra ante un desafío crucial en el día de hoy, donde no solo se juega una revancha en la pista, sino un examen que trasciende la rivalidad con un toque de morbo. La expectación es máxima, ya que este enfrentamiento va más allá de lo deportivo, convirtiéndose en un verdadero test de habilidad y temple para el campeón.
Rafa Nadal se enfrenta a un desafío vital ante Alex de Miñaur
Diez días después de perder 7-5 y 6-1, Rafa Nadal se reencuentra con el australiano Alex de Miñaur, 25 años y nº 11 mundial. Los sorteos del Godó y el Mutua Madrid Open fueron caprichosos con el destino del campeón histórico de ambos torneos, con doce y cinco títulos, respectivamente.
Nadal busca superar su examen personal en un duelo trascendental
Una segunda ronda muy exigente para un rey de la tierra batida que va tanteando el terreno de cuánto puede forzar su físico a estas alturas, tras sólo haber disputado seis partidos en lo que va de temporada, de haber sorteado la retirada pasando por el quirófano.
“Voy a intentar salir a disfrutar y competir. No descarto nada, pero es un partido en el que no soy el favorito. Ante un rival que regala tan poco necesitas tiempo y físico, a ver si estoy capacitado”, analizó el balear, 37 años, nº 512 ATP.
En Barcelona duró una hora, renunció a la batalla porque no se sentía preparado, necesita que su cuerpo vaya acostumbrándose al esfuerzo paulatinamente. “Necesito tiempo para ver cómo evoluciona todo, explorar qué puede suceder”, insiste en la Caja Mágica Nadal. Ha elevado un punto el nivel de intensidad y exigencia, pero controlando bien las cargas.
“Si me voy sin hacerme daño y soy capaz de jugar a un nivel competitivo el sábado, podré decir que es otra semana que está aprobada y será el momento de dar un paso más”, comentó Nadal. Nunca ha sido muy de revanchas, pero la ocasión de esta tarde va más allá porque es un examen personal, saber si las jornadas transcurridas entre la Pista Rafa Nadal y el Estadio Manolo Santana se notan.
“El problema nunca ha sido de tenis”, resaltaba en Barcelona. Continúa dominando la raqueta a su antojo. Pero son miles los problemas de orden físico con los que ha tenido que lidiar los últimos dos años. Estaba acostumbrado a las rodillas, el pie izquierdo, a múltiples asuntos que ha ido solucionando en su larga y exitosa trayectoria. No a otras dolencias que no entraban tanto en el guion.
Se ha enfrascado en la ruta del adiós al tenis, bajo la premisa de esforzarse al máximo para darse las mayores oportunidades posibles.
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