De tropezar al subir bordillos a pedalear 600 km en bicicleta por el desierto de Marruecos.

La historia de superación de Juan Pérez es digna de admiración. De tropezar al subir bordillos en su barrio a pedalear 600 km en bicicleta por el desierto de Marruecos, este joven ciclista ha demostrado una voluntad inquebrantable y un espíritu indomable. Su travesía no solo representa un desafío físico, sino también un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. Atravesar las dunas y los paisajes áridos del desierto no fue tarea fácil, pero la determinación de Juan lo llevó a alcanzar metas que parecían inalcanzables. Su historia nos recuerda que con esfuerzo, dedicación y pasión, los límites se desvanecen y los sueños se convierten en realidad.

De tropezar al subir bordillos a pedalear km en Marruecos: La épica transformación de Víctor González

Papá, yo iré a la Titan Desert. Era 2006 cuando se estrenó esta trepidante y exigente carrera de mountain bike por el desierto de Marruecos, año en el que también a Víctor González, con sólo 9 años, le trasplantaron la médula tras diagnosticarle una leucemia mieloblástica, el cáncer de sangre más común.

Según explica Víctor, tuvo una doble suerte: suerte de que al enfermar tan joven no vinculó el cáncer con la muerte y suerte de que su hermana es compatible con él al 100%, algo muy difícil de que ocurra, y pudo ser su donante.

Pasó de ser un chaval con una vida como la de cualquier otro niño correteando por un barrio de Barcelona a caerse subiendo un bordillo. Me recomendaron hacer deporte y empecé trepando escaleras en casa, pero luego mi padre me sacó con la bici y me enamoré del ciclismo.

Hoy, rozando la treintena, Víctor forma parte del proyecto ‘Titan Deja Huella ONT UNIVERSAE’ que esta semana recorre más de 600 kilómetros de las dunas marroquíes con el objetivo de remover la conciencia social para incrementar el número de donantes de órganos.

Yo estoy vivo gracias a mi donante de médula y puedo hacer una vida totalmente normal, afirma Víctor que, en una evidencia de humildad, considera ordinario el recorrer Marruecos subido a una bici.

En la primera etapa de la prueba, Víctor recorrió en apenas 7 horas más de 100 kilómetros por las montañas peladas y rocosas de Boumalne Dades, con 2.555 metros de desnivel y con tramos de fuerte viento.

A todo ello hay que sumarle otras dificultades que la enfermedad le provocó. Una de ellas es que sus ojos quedaron afectados y se secan por lo que tiene que llevar unas gafas completamente cerradas para que no le entre polvo ni aire. También ahora padece disfagia lo que dificulta tragar por lo que para beber necesita mucho tiempo.

Pero estas secuelas no le han impedido ser uno de los valientes, junto a otros trasplantados, personal sanitario y familiares de donantes, que con ‘Titan Deja Huella ONT UNIVERSAE’ están viviendo una experiencia única que, a la vez que les enriquecerá para siempre, sirve de grito de esperanza para todos los trasplantados y, en el caso de Víctor, en especial para los más pequeños.