De amor a odio: la fallida relación entre Atlético y Courtois en ocho episodios

De amor a odio: la fallida relación entre Atlético y Courtois en ocho episodios

La historia de amor entre el Atlético de Madrid y Thibaut Courtois parecía tener un final feliz. El guardameta belga se convirtió en una pieza clave del equipo rojiblanco, ganando dos Ligas y un título de la UEFA Europa League en solo tres temporadas. Sin embargo, la relación se fue deteriorando con el paso del tiempo. La decisión de fichar por el Real Madrid en 2018 marcó el principio del fin. A continuación, te presentamos ocho episodios que relatan la caída en desgracia de una relación que parecía indestructible.

De amor a odio: la fallida relación entre Atlético y Courtois en ocho episodios

Lo sucedido en el derbi de este pasado fin de semana en el Metropolitano, entre los aficionados más radicales del Atlético de Madrid y Thibaut Courtois, es el enésimo capítulo de una historia que comenzó en amor irrefrenable y que ha terminado en el odio más iracundo entre ambas partes.

El meta belga es ahora mismo el 'enemigo público número 1' entre gran parte de la hinchada colchonera. Y es una situación un tanto extraña porque en su día fue un auténtico ídolo de la grada del Vicente Calderón. Sin embargo, lo sucedido en estos últimos años ha distanciado ya de forma irreconciliable al meta belga con gran parte de los aficionados del Atlético de Madrid.

Courtois, el solvente guardameta del Atlético de Madrid

Thibaut Courtois llegó al Atlético de Madrid en la temporada 11-12, coincidiendo casi con la llegada de Diego Pablo Simeone solo unos meses después. Apenas tenía 19 años, era un auténtico desconocido cuando el equipo rojiblanco fue a por él. No llegó a tiempo porque firmó por el Chelsea, pero el Atlético se hizo con su cesión. Y se convirtió en el meta de los primeros éxitos de la 'Era Simeone'. Su estancia en el club rojiblanco se saldó con una Europa League, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y una Liga antes de volver al Chelsea, a pesar de que el cuadro colchonero peleó contra viento y marea para que se quedase.

Su camiseta llegó a ser una de las más vendidas en las tiendas oficiales del Atlético. ¡SALTA, SALTA, PEQUEÑO CANGURO! En pleno idilio con el Atlético de Madrid (a pesar de que él siempre había confesado que su ídolo de niñez era Casillas), se convirtió incluso en azote del madridismo en las celebraciones. Como la de 2013, tras ganar la Copa del Rey precisamente ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. En la visita a la Comunidad de Madrid, el guardameta agarró el micrófono para dedicarle unas palabras al Real Madrid. Un cántico difícil de olvidar que rezaba lo siguiente: salta, salta, salta pequeño canguro y a los madridistas que les den por el culo.

Courtois, 'uno di noi'

En su etapa en el Chelsea, Courtois continuó siendo 'uno di noi', como se suele decir en Italia. Vamos que los aficionados seguían venerándole a pesar de haberse ido, le sentían un rojiblanco más y agradecían los años que había estado en el cuadro colchonero. A inicios de la temporada 17/18, el Atlético recibía al Chelsea en el Metropolitano, en Champions. Y en ese choque la comunión fue total con la grada. Aplausos, reconocimientos, el belga devolviendo los cumplidos hacia los colchoneros.

El Atlético aprovechó para tributar un pequeño homenaje al arquero, que se hizo fotos, orgulloso, con su placa de jugadores centenarios de fuera del estadio.

La inflexión: el fichaje por el Real Madrid

La inflexión en esta relación llegó con el fichaje por el Real Madrid en la 18/19. La afición del Atlético no llegó a aceptar de buen grado esta circunstancia. El primer partido que ambos disputaron fue en la Supercopa de Europa, donde los de Simeone pasaron por encima del cuadro blanco y se llevaron el título, con Courtois en la grada.

El primer derbi en el Metropolitano

El primer derbi del Metropolitano con él como arquero del Real Madrid, provocó el principio del fin. En la previa, su placa con basura y suciedad en gesto de descontento por parte de los hinchas colchoneros. Y en el partido, lanzamiento de ratas de peluche, alguna pancarta en la que se leía 'Thibu, rata', insultos, cánticos… El divorcio era ya un hecho por así decirlo.

Los desplantes de Courtois

El belga respondería en los siguientes años, con palabras que hirieron especialmente a los aficionados del Atlético de Madrid. Por ejemplo, en una de las previas de una de las finales de Champions que disputó, en 2022, el belga habló de que entonces sí, en esa final, estaba en el lado bueno de la historia. Algo que fue interpretado como un menosprecio por parte de la hinchada colchonera y que jamás se lo llevó a perdonar.

A partir de ahí el odio fue visceral. El meta se olvidaba que él era el portero del Atlético que cayó en la final de Lisboa, en Liga de Campeones, ante el cuadro blanco. Y se olvidaba de lo mucho que dolió a los hinchas rojiblancos. Su falta de sensibilidad, por la que nunca se disculpó, le bajó a los infiernos de la ira colchonera.

La placa arrancada

Así quedó la placa de Courtois en el Paseo de Leyendas del Atlético. Los aficionados del Atlético de Madrid se tomaron la justicia por su mano y arrancaron la placa del meta belga en el Metropolitano. Las declaraciones y sus gestos, sus enfrentamientos con la grada cada vez que había un derbi (que en no pocos casos respondía a los cánticos y gestos de los propios ultras en contra de él), llevaron a la Comisión Social del Atlético (un ente formado por la Unión de Peñas, senadores, Grada Joven, etc) a pedir al club la retirada de la placa del meta belga por haber contravenido los valores del club colchonero y haber vilipendiado el nombre del Atlético en varias ocasiones con sus gestos y palabras.

La noche de los mecheros

Y así se llegó hasta este último derbi, previas declaraciones del propio Courtois en las que venía a decir que haberle tirado ratas de peluche, llamarle rata y demás, había sido demasiado y que la afición del Atlético había cruzado la raya. En el intercambio de insultos, cánticos y gestos de los ultras y el belga (que se produjeron en ambos sentidos, primero la grada le cantó 'muérete', luego el meta hizo gestos tras el 0-1, para acabar recibiendo la caída de varios objetos que suspendieron el partido), se llegó a este último episodio de un divorcio en ocho episodios.