La sorprendente historia de Fran Garrigós, el niño que no paraba de hablar
En un mundo donde la comunicación es fundamental, existen casos que nos dejan con la boca abierta. Es el caso de Fran Garrigós, un niño que nació con una capacidad excepcional para el lenguaje. Desde muy pequeño, Fran comenzó a hablar de manera incesante, sorprendiendo a su familia y a los médicos que lo atendían. Su habilidad para articular palabras y frases complejas era inusual, y pronto se convirtió en una sensación en su entorno. Sin embargo, detrás de esta extraordinaria habilidad se escondía una historia llena de desafíos y sacrificios. En este artículo, exploraremos la sorprendente historia de Fran Garrigós, el niño que no paraba de hablar.
La pasión que nunca se apaga: Fran Garrigós, el judoka español que vivió su sueño olímpico
Fran Garrigós es un nombre que se ha escrito con letras de oro en la historia del judo español. Con 29 años, este sargento reservista del Ejército del Aire y graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, ha conquistado el bronce olímpico, el más deseado por el judo español, poniendo fin a una larga sequía en los Juegos Olímpicos.
Todo comenzó cuando Fran tenía solo 4 años. Sus padres, deseosos de cansarlo, lo inscribieron en una clase de judo. Pensaron que igual así me cansaba, recuerda Fran con una sonrisa. Pero lo que sucedió fue todo lo contrario. Fran se enamoró del deporte y no paró quieto desde entonces.
El virus del judo
Fran confiesa que se infectó del virus del judo desde pequeño. Era capaz de enfadarse si sus padres no lo llevaban a entrenar. Su pasión por el deporte era tan grande que se tragaba los Juegos Olímpicos delante de la televisión sin descansar.
El judo le ha dados disciplina y valores, asegura Fran. Y ha trabajado con un psicólogo deportivo del CSD, Pablo del Río, durante una década. Su carrera ha crecido de la mano del gurú actual del judo español, el maestro Quino Ruiz, de cuyo dojo en Brunete han salido cinco de los nueve olímpicos en París, entre ellos su amigo Niko Shera, otra gran opción a medalla.
Su pareja, la judoca Ana Pérez, también entrenada por Quino, ha sido un apoyo fundamental en su carrera.
Un momento de duda
No todo ha sido fácil para Fran. Después de los Juegos de Tokio, vivió un momento muy bajo tras quedar eliminado en el primer combate. Se planteó si valía la pena seguir. Te esfuerzas, entrenas a tope durante años para llegar bien al momento clave, y no tienes el día, confesó en una entrevista antes de París. Decidí tomarme el judo más tranquilo, estudiar. quería ver si realmente me importaba.
Al año siguiente, salió de dudas y se dio cuenta de que seguía con ganas de competir.
Un camino hacia el éxito
Fran ha entrenado en Japón, la cuna del judo, donde ha pasado varias semanas para prepararse y absorber la filosofía y el nivel técnico del deporte. Ahora, con su bronce olímpico, se siente que ha completado el círculo, siendo campeón mundial y medalla olímpica.
Ha valido la pena el esfuerzo, asegura Fran, con una sonrisa de satisfacción.
El bronce olímpico de Fran Garrigós es un logro que ilumina el camino del judo español y nos recuerda que la pasión y la dedicación pueden llevar a alcanzar los objetivos más altos.
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