En un emocionante encuentro futbolístico entre el Nápoles y la Roma, un gigantesco Svilar se erigió como la figura destacada al evitar la victoria del equipo napolitano. El arquero demostró su destreza y habilidad bajo los tres palos, frustrando una y otra vez los intentos de gol de los romanos. El partido estuvo marcado por la intensidad y la emoción, con ambos equipos luchando por imponer su juego. Sin embargo, fue la actuación sobresaliente de Svilar la que se llevó gran parte de la atención, dejando un sabor agridulce tanto para los seguidores del Nápoles como de la Roma. Este enfrentamiento sin duda será recordado como un duelo de titanes en el mundo del fútbol italiano.
Svilar, el héroe de la Roma ante el Nápoles en un empate épico
El Nápoles se fue sintiendo una impotencia tremenda de su empate frente a la Roma (2-2) después de un duelo colosal de Svilar bajo palos que impidió lo que hubiera sido una justa goleada. Un resultado complicado del equipo de Francesco Calzona de cara a poder seguir aspirando a jugar Europa la próxima temporada.
Nápoles se estrella contra el muro Svilar en un agónico empate contra Roma
Dominó todas las facetas del juego el Nápoles a excepción de la de la definición. Di Lorenzo estuvo incisivo, Lobotka fue dominador, Kvaratskhelia anduvo inspirado y Osimhen las tuvo de todos los colores pero ni todo eso valió para que los 'azurri' tuvieran un partido calmado. Todo lo contrario la Roma, que sin hacer nada casi puntúa.
Su mérito fue tener a Svilar bajo palos. Hasta 10 tiros tuvo entre palos el portero 'giallorossi' y solo fueron capaces de superarlos dos veces en las que nada pudo hacer. Aunque antes de todo eso, y para incredulidad del Nápoles, la Roma se puso por delante. Fue por culpa de un penalti de Juan Jesús, experto en meter la pata, sobre Azmoun que transformó Dybala (59').
La incredulidad no se apoderó del Nápoles, que aceleró todavía más para darle la vuelta al marcador. Parecía sin embargo imposible batir a Svilar hasta que un tiro de Olivera fue desviado por Kristensen y describió una parábola que fue imposible para el portero (64'). Y siguió con el cerrojo Svilar hasta que Renato Sanches cometió una temeridad en el área entrando sobre Kvaratskhelia al gemelo y tras revisión de VAR se decretó un penalti que transformó Osimhen (84').
No obstante, no estaba todo el pescado vendido. El fútbol es caprichoso y la Roma, que no había hecho prácticamente nada meritorio ni siquiera para empatar, lo logró. Fue en un saque de esquina en el que Calzone decidió hacer una sustitución, algo poco habitual, y que metió Abraham (89'). Fue anulado por fuera de juego, pero tras tirar las líneas se validó.
Aun le quedó tiempo al Nápoles para sufrir una vez más la inspiración de Svilar. O incluso cuando falló, la de Mancini, que evitó un remate a bocajarro de Osimhen que hubiera significado un triunfo vital para las aspiraciones europeas del Nápoles.
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