El Valencia sigue pendiente de Gayà. y de la construcción del Nou Mestalla
En el club valencianista, el foco de atención se mantiene en dos frentes clave para el futuro del equipo. Por un lado, la continuidad de José Gayà sigue siendo un tema de gran interés, ya que el lateral izquierdo se ha convertido en un jugador clave para el equipo. Por otro lado, la construcción del Nou Mestalla, el nuevo estadio del Valencia, avanza a buen ritmo y se espera que sea una realidad en un futuro cercano. Ambos asuntos son fundamentales para el proyecto deportivo y empresarial del club, y se espera que en las próximas semanas se produzcan importantes novedades al respecto.
Valencia: el futuro del Nou Mestalla y la ausencia de Gayà en el centro del debate
Todavía con cuatro jornadas por delante, el rumbo del Valencia ya parece moverse más hacia lo extradeportivo que a lo que ocurre en el césped de Paterna, donde José Luis Gayà se volvió a probar este viernes pero no completó el entrenamiento con el resto de sus compañeros.
Su posible ausencia unida a la de Jesús Vázquez, lesionado ante el Alavés, obligan a Rubén Baraja a dibujar un nuevo lateral izquierdo, bien con Dimitri Foulquier a banda cambiada o poniendo como lateral a los centrales Cenk Özkacar o Yarek Gasiorowski.
El futuro del Nou Mestalla, en el centro del debate
Pero con Europa casi imposible y a cuatro puntos, el valencianismo se centra ya en conocer el futuro del Nou Mestalla. De eso mismo hablaron ayer los cuatro grupos municipales que conforman el pleno del Ayuntamiento de València -PP, PSOE, Compromís y Vox-, conscientes de que hay que poner una hoja de ruta clara y definida si València quiere acoger el Mundial 2030.
Sin embargo, hay un dilema en todos ellos: darle un beneficio urbanístico a Peter Lim, que lleva diez años en València pero que no ha movido una sola grúa en el Nou Mestalla y que quiere terminar un estadio de mínimos con el dinero del fondo CVC.
De eso se quejan tanto PSOE, como Compromís y Vox, aunque la alcaldesa, María José Catalá, es del PP y quiere aprobar un convenio y unas fichas urbanísticas para exigirle, al menos, que construya un pabellón en el barrio anexo al estadio si quiere los beneficios urbanísticos, aunque toda la oposición reclama garantías de que ese estadio se vaya a terminar, porque la tesorería del Valencia es la que es.
Tras todo este embrollo y después de las reacciones de los portavoces municipales, que calificaron de “decepcionante” la reunión, el director corporativo del Valencia, Javier Solís, se mostró defraudado y pidió “altura de miras” en este asunto independientemente del partido político, aunque el propio club, que tuvo durante diez años una actuación territorial estratégica (ATE) con beneficios urbanísticos, no retomó las obras en los diez años que lleva Meriton en el club.
A pesar de ello, lamentó que la clase política de Valencia no sea capaz de ponerse de acuerdo en un tema que afecta tanto a la ciudad. Ocurra lo que ocurra, parece que València, que podría quedarse sin Mundial, tendrá un papel mucho menos protagonista que el que tuvo en el Mundial 82, cuando acogió los partidos de España en la primera fase de grupos, o incluso en los JJOO de Barcelona 92’, cuando Mestalla también fue el hogar del combinado nacional en los primeros encuentros.
Pase lo que pase, parece que València como ciudad y el valencianismo ya ha perdido.
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