El Barça se juega algo más que el orgullo en el Mundial de clubes: hay una gran suma de dinero en juego

El Barça se juega algo más que el orgullo en el Mundial de clubes: hay una gran suma de dinero en juego

El Mundial de Clubes es uno de los torneos más importantes del fútbol a nivel global, y para el FC Barcelona, la participación en este certamen no solo supone una oportunidad para demostrar su dominio futbolístico, sino que también está en juego una gran suma de dinero. Más allá del orgullo y la gloria que conlleva ganar este título, el equipo catalán se juega una importante cantidad de dinero que podría ser clave para su estabilidad financiera en el futuro. En este sentido, la presión es doble para el conjunto azulgrana, que deberá dar todo de sí para llevarse el título y, con él, una gran recompensa económica.

El orgullo y la economía en juego: Barça y rivales luchan por el Mundial de clubes

Para el resto de equipos de la Liga ASOBAL es misión casi imposible arrebatar algún título al Barça en España, tal es la superioridad azulgrana desde que la crisis económica azotó duramente a todos los clubs. De hecho, la Copa del Rey que ganó en 2013 el extinto Atlético de Madrid es la última competición doméstica que no está en las vitrinas del Barça de balonmano, que acumula desde entonces ya 53 títulos consecutivos.

Ante ese mismo panorama una campaña más, el Mundial de clubs de El Cairo (Egipto) estaba subrayado en rojo en el calendario del Barça. Es el único título que se le resiste a Carlos Ortega desde su llegada al banquillo azulgrana en 2021 y tanto a él como a sus jugadores les hacía especial ilusión cerrar el círculo y alzar ese trofeo de campeones.

Al margen de la Champions, el máximo reto de cada temporada, el Mundial de clubs es el siguiente trofeo más complicado de conseguir al estar en liza otros potentes clubs europeos perfectamente capacitados para ganar al Barça, esta vez el Veszprem y el Magdeburgo.

Precisamente el conjunto alemán es el principal responsable de que Ortega no tenga en su palmarés la Super Globe, denominación que este año ya ha dejado de ser oficial. El Magdeburgo ha ganado dos de sus tres títulos seguidos superando en la final al Barça, con holgura en 2021, el primer año de Ortega (33-28), pero ya en la prórroga en 2022, cuando una heroica remontada azulgrana en el tiempo reglamentario se quedó sin premio en el tiempo extra (41-39).

La maldición de la prórroga volvió a aparecer el año pasado en las semifinales contra el Füchse Berlín. Entonces fue el Barça el que dio vida a su rival, por ejemplo cuando dispuso de un penalti a 12 del final para romper el empate (29-29). Sin embargo, Hampus Wanne falló ante Lasse Ludwig aquel lanzamiento desde los siete metros, el partido se fue a la prórroga y allí ganó el Füchse por un gol (34-35).

Si ya fue duro ese momento en Dammam (Arabia Saudí), el Barça vivió ayer ante el Veszprem un asombroso déjà vu en El Cairo, la nueva sede del torneo: idéntica ronda (semifinales), idéntico marcador (29-29) e idéntica situación de partido, un penalti a favor a pocos segundos de la conclusión, 18 en este caso.

En otro retorcido guiño del destino, el jugador azulgrana encargado de hacer el lanzamiento, esta vez Aleix Gómez, consumado especialista, tampoco superó al portero rival, su compañero de selección Rodrigo Corrales, y el Veszprem eliminó después a los azulgrana en la prórroga (34-39).

Es decir, tres de las cuatro derrotas del Barça de Ortega en el Mundial de clubs se han concretado en el tiempo extra, lo que aumenta si cabe esa sensación de torneo gafe más allá de que, evidentemente, sus tres verdugos han sido rivales de primerísimo nivel, Magdeburgo (2022), Füchse Berlín (2023) y Veszprem (2024).

Tras el KO del año pasado ante el Füchse, el Barça ganó al Kielce polaco (33-30) en el partido por el tercer puesto, el mismo objetivo que tendrá este jueves (16.00 h/Esport3) ante el Al Ahly egipcio, al que ya superó en la fase de grupos por 23-31.

Los azulgrana se jugarán algo más que el orgullo contra los anfitriones porque la tercera plaza también tiene un premio que siempre es bienvenido en una sección de balonmano que no es ajena a la situación económica del club.

El Barça se embolsó 150.000 euros por terminar tercero en 2023, pero este año los premios económicos han sufrido un fuerte recorte y el equipo catalán se jugará los 50.000 euros reservados al ganador del bronce en su encuentro frente al Al Ahly.

El Magdeburgo y el Veszprem también se repartirán un botín menor respecto al año pasado: el campeón se llevará 350.000 euros (los alemanes ganaron 400.000 en 2023) y el finalista ingresará 100.000 por los 200.000 que ganó el Füchse. Es decir, la cifra total de premios ha bajado este año un 33%, de los 750.000 euros de 2023 a los 500.000 de 2024.

Comparadas con otros deportes, parecerán cifras menores, pero no así para el balonmano. Para poner en perspectiva los premios del Mundial de clubs, sin ir más lejos, el Barça fue la temporada pasada el club que más dinero ingresó en la Champions, un total de 618.000 euros contando los 300.000 reservados al campeón de la final de Colonia.

El Magdeburgo y el Veszprem disputarán el jueves (19.00 h) la final y, sea quien sea el ganador, habrá nuevo récord: el conjunto alemán aspira a convertirse en el primero que gana cuatro Mundiales de clubs consecutivos y Xavi Pascual, actual entrenador del Veszprem, elevará a seis títulos la plusmarca absoluta que tiene como técnico del Barça pentacampeón (2013, 2014, 2017, 2018, 2019).