La RFEF y Antiviolencia no logran alcanzar acuerdo para cerrar el estadio Metropolitano
En un golpe inesperado para el fútbol español, la RFEF (Real Federación Española de Fútbol) y el Observatorio contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte (Antiviolencia) no han logrado alcanzar un acuerdo para cerrar el estadio Metropolitano, sede del Atlético de Madrid. La medida era necesaria para intentar frenar los incidentes violentos y las conductas inapropiadas que se han venido registrando en el recinto. La falta de consenso entre ambas partes supone un revés para la lucha contra la violencia en el fútbol y genera inquietud en el entorno del deporte.
RFEF y Antiviolencia en impasse: no alcanzan acuerdo para sancionar el estadio Metropolitano
El Comité de Disciplina de la RFEF determinará mañana la sanción por la interrupción del derbi entre Atlético de Madrid y Real Madrid el pasado domingo, después de que se lanzaran objetos a la portería de Courtois. El Atlético de Madrid se expone a un cierre parcial de la grada, que podría llegar a ser total, dependiendo de la gravedad de la situación.
La decisión del Comité de Disciplina podrá ser recurrida por el Atlético de Madrid ante el Comité de Apelación y, en última instancia, ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAD).
La postura del Gobierno
Paralelamente, el Secretario de Estado, José Manuel Rodríguez Uribes, anunció que hay que ser implacables en este tipo de comportamientos. Se verán las consecuencias que tendrá esta situación tanto en el ámbito deportivo como en el administrativo.
La imposibilidad de doble sanción
Es importante destacar que los órganos disciplinarios de la RFEF y la Comisión Antiviolencia no pueden sancionar de la misma manera al club rojiblanco. Así lo establece el Código Disciplinario de la RFEF en su artículo 5 relativo a la compatibilidad: La imposición de sanciones en vía administrativa, conforme a lo previsto en la Ley del Deporte y disposiciones de desarrollo para la prevención de la violencia en los espectáculos deportivos, no impedirá, en su caso y atendiendo a su distinto fundamento, la depuración de responsabilidades de índole deportiva, sin que puedan recaer sanciones de idéntica naturaleza.
En España, tenemos el precedente del partido entre Betis y Sevilla celebrado en enero de 2022, en el que el colegiado De Burgos Bengoechea suspendió el partido en el Estadio Villamarín tras la agresión sufrida por el sevillista Jordan al recibir el impacto de un palo. El Comité de Disciplina determinó el cierre total del estadio por dos partidos, posteriormente ratificada solo de manera parcial por el Comité de Apelación de la RFEF. Sin embargo, el TAD dejó sin efecto esta clausura y determinó una multa económica de 36.000 euros.
La propuesta de sanción
La Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, Xenofobia e Intolerancia del deporte propuso al club verdiblanco una sanción calificada como muy grave, con una multa de 150.000 euros y el cierre del estadio hasta un mes. Finalmente, se le aplicó una multa de 60.001 euros, pero se mantuvo la calificación de muy grave.
La imposibilidad de poder sancionar dos veces lo mismo impidió que se aplicara el cierre del estadio verdiblanco. Algo que no puede darse tampoco en este caso. Si la propuesta de cierre de la Comisión Antiviolencia es superior, prevalece siempre sobre la que determina el órgano disciplinario federativo.
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