Oblak regresa a Malmö, su primer club como profesional
El portero esloveno Jan Oblak ha decidido dar un paso atrás en su carrera y regresar al Malmö FF, el club que lo vio debutar como profesional en el año 2009. Después de una década llena de éxitos en el Atlético de Madrid, donde conquistó varios títulos y se consolidó como uno de los mejores guardametas del mundo, Oblak ha optado por regresar a sus orígenes y cerrar un ciclo en su carrera deportiva. Esta noticia ha generado gran expectación en el mundo del fútbol, ya que el regreso de un jugador de la talla de Oblak a su club de formación es un hecho insólito en la actualidad.
Oblak vuelve a casa: el guardameta esloveno regresa a Malmö después de una década
El partido que el Atlético de Madrid disputará este miércoles en Da Luz, en la segunda jornada de la fase de liga de la Champions, será especial para algún miembro de la plantilla rojiblanca. Uno es Jan Oblak, que vuelve a la que fue su casa una década después.
Porque el Benfica fue el equipo que catapultó a la elite al guardameta esloveno. Los portugueses apostaron en enero de 2010 por un chaval de 17 años que destacaba en el Olimpija Ljubljana. Y acertaron, vaya si acertaron.
Jorge Jesús era entonces el entrenador encarnado y no quería experimentos en el arco. Tenía que salir cedido para que adquiriese madurez y experiencia. Media temporada en el Beira-Mar y otra media en el Ollanense, una en el Leiria y otra en el Rio Ave (sobre todo esta última) sirvieron para confirmar que ahí había un portero.
El ascenso al estrellato
El curso 13/14 Oblak ya es, a pleno derecho, el inquilino de la potería de Da Luz. Empieza el curso en el filial pero acaba disputando 28 encuentros, entre ellos la final de la Europa League frente al Sevilla que se llevan los andaluces en los penaltis. Sus actuaciones fueron suficientes para que el Atlético se lanzase a por él.
Thibaut Courtois ya no iba a estar más tiempo cedido en el club rojiblanco. Debía regresar al Chelsea, dueño de sus derechos. Y la gran apuesta del Atlético fue Oblak, por el que pagaron 16 millones cuando su valor de mercado era de apenas cuatro.
Se habló mucho de esa inversión de los colchoneros, tildándola en algunos casos de despilfarro. Sensación acrecentada con su debut en Champions, en Atenas ante Olympiacos, donde no tuvo su mejor noche.
Entonces, Moyà era el titular y tras ese partido en El Pireo se confirmó que el esloveno era la segunda opción para Diego Simeone y su cuerpo técnico. Pero en los entrenamientos, Oblak maravillaba. Sus condiciones no pasaban desapercibidas para nadie.
El relevo en el arco era cuestión de tiempo. Y llegó, meses más tarde (marzo de 2015) y en Champions, con una lesión del portero balear frente al Bayer Leverkusen. Oblak no pudo ni calentar para entrar en el campo y ni siquiera hizo el primer saque de puerta por miedo a romperse. Lo hizo Giménez.
El Atlético pasó de ronda con el esloveno como protagonista y desde entonces, ya nadie ha vuelto a sacarle de la meta rojiblanca.
El regreso a casa
Este miércoles, Oblak vuelve a Da Luz (ya lo hizo en 2015 con 1-2 para el cuadro colchonero, aunque aún no había adquirido el estatus de leyenda), donde disfrutaron poco de él pero donde maduró como persona y como profesional. Desde ahí dio el salto al Atlético de Madrid. Y el resto es historia.
Ahora, Oblak regresa a la que fue su casa, con la experiencia y la madurez adquiridas en estos años. Un regreso emotivo para el guardameta esloveno, que seguro que agradece el apoyo de sus seguidores en este partido especial.
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