Un propietario se toma la justicia por su mano y coloca un cartel humorístico en la puerta de su edificio para alertar a sus vecinos sobre los gritos

Un propietario se toma la justicia por su mano y coloca un cartel humorístico en la puerta de su edificio para alertar a sus vecinos sobre los gritos en la cama que lo están volviendo loco

En un sorprendente caso de justicia ciudadana, un propietario de un edificio decidió tomar cartas en el asunto y tomar la justicia por su mano después de quejarse de incessantes gritos en la cama que lo estaban vuelve loco. En lugar de esperar a que las autoridades actúen, el propietario decidió colocar un cartel humorístico en la puerta de su edificio para alertar a sus vecinos sobre el problema y pedirles que tengan más consideración. La original y divertida forma en que el propietario abordó el problema ha generado gran interés y simpatía en la comunidad.

Vecino se toma la justicia por su mano y coloca cartel humorístico para alertar a sus compañeros de edificio sobre gritos en la cama

La convivencia en una comunidad de vecinos puede ser un tema delicado, especialmente cuando se trata de la vida privada de cada uno. Sin embargo, en algunos casos, la vida privada se convierte en un espectáculo para todos, y es cuando surgen los problemas.

En España, es común que los vecinos dejen folios o carteles con mensajes en las zonas públicas del edificio para expresar sus frustraciones y reproches. Ahora, con las redes sociales, estos mensajes se hacen virales con facilidad.

Un cartel irónico que se hace viral

Un usuario de Twitter, @LiosdeVecinos, compartió recientemente un cartel que apareció en una comunidad de vecinos de nuestro país. El propietario de la vivienda se vio obligado a dejar un mensaje a sus vecinos, y no tiene desperdicio alguno.

Estimados vecinos. Ante todo felicitarle por sus dotes amatorias de las que nos ha hecho partícipes esta noche. He de decir que si algún día se quedan sin empleo pueden recurrir al doblaje de películas de adultos, comenzaba la nota.

También mencionar que esta satisfactoria vida sexual (la suya y la de su pareja) no hace falta compartirla con el resto de esta su comunidad (a menos que inviten). Ya sabemos que es algo natural igual que el descanso. Por eso le ruego que simplemente bajen un poco el volumen de sus jadeos, terminaba el propietario.

Y la guinda del pastel era la posdata. Después de tremenda faena hasta me han entrado ganas de salir a la ventana a aplaudirle, reconocía el vecino.

Como era de esperar, el cartel que dejó esta persona no tardó en generar una oleada de comentarios de todo tipo en redes. Algunos abogaban por denunciar esta situación. El sexo no es un derecho, reclamaba un usuario. Otros, sin embargo, defendían lo contrario. Pues si tantas ganas tenía de aplaudir la faena, haber salido a aplaudir. Si llego a ser yo, cojo hasta el megáfono, por si algún vecino no se hubiese enterado aún del hecho, reclamaba este otro usuario.

La pregunta es, ¿hasta qué punto debemos respetar la privacidad de nuestros vecinos, y qué límites debemos establecer en cuanto a la convivencia?