Tumores: el ejercicio físico reduce el riesgo de 8 tipos de cáncer

Tumores: el ejercicio físico reduce el riesgo de 8 tipos de cáncer

Una investigación reciente ha revelado un dato esperanzador en la lucha contra el cáncer: el eercicio físico puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar ocho tipos de tumores. Este estudio, que ha analizado datos de más de 1,4 millones de personas, ha demostrado que la actividad física regular puede ser un factor de protección contra este tipo de enfermedades. Los resultados sugieren que la práctica de ejercicio físico puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama, colon, recto, endometrio, esófago, riñón, páncreas y estómago. Esta noticia es un llamado a la acción para fomentar la práctica de ejercicio físico como parte de un estilo de vida saludable.

Prevenir el cáncer: el ejercicio físico es clave para reducir el riesgo

El ejercicio físico es clave para quemar calorías y prevenir distintas enfermedades. No solo reduce el riesgo de diabetes, colesterol alto y ataques cardíacos, sino que también mejora la función músculo-esquelética, pulmonar, metabólica y hay evidencias que reduce la probabilidad de sufrir cáncer.

En otros términos, mantener un estilo de vida sedentario afecta a nuestro organismo; mientras que realizar actividad física regular es sinónimo de buena salud. El cáncer se considera una enfermedad que afecta principalmente a personas mayores de 60 años. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista BMJ Oncology, advierte un aumento del 79% de los casos de cáncer en la población joven en los últimos 30 años, especialmente entre los 30 y los 39 años.

La importancia de la prevención del cáncer

Según este estudio, uno de los motivos principales que lleva a que las personas menores de 60 años tengan cáncer, es el estilo de vida poco saludable, incluyendo la falta de ejercicio físico. Comprender la importancia de la prevención del cáncer es clave para empezar a trabajar sobre los factores modificables, entre ellos, el ejercicio físico.

Cómo afecta el ejercicio al cáncer

Algunos estudios evidencian que mantener una rutina de ejercicio físico de intensidad moderada, ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer hasta en un 50%, según el tipo de patología. El cáncer, junto con las enfermedades cardiovasculares, representan la principal causa de muerte prematura en los países desarrollados.

Aproximadamente la mitad de los tumores podrían prevenirse mejorando nuestro estilo de vida, lo que incluye hacer ejercicio físico, llevar una dieta equilibrada y mantener un peso saludable.

Beneficios del ejercicio físico en la prevención de enfermedades cancerígenas

El ejercicio físico regular reduce la inflamación y mejora la circulación. Evidencias científicas han demostrado que hacer ejercicio físico regularmente ayuda a reducir las cascadas inflamatorias intervinientes en los procesos tumorales. Asimismo, disminuye el estrés oxidativo, el cual es un factor clave en el inicio y la progresión de la enfermedad cancerígena.

Además, mejora la circulación de la sangre y la salud de las mitocondrias, lo cual también contribuye a eliminar radicales libres (estrés oxidativo) que, como se dijo, son altamente influyentes en el desarrollo del cáncer.

Fortalece el sistema inmunitario. Algunos estudios indican que hacer ejercicio físico promueve y fortalece el sistema inmune, volviendo más agresivos a los linfocitos en la defensa contra virus, patógenos y células tumorales.

Mejora la resistencia a la insulina. Si bien la resistencia a la insulina se asocia directamente a la diabetes tipo 2, mejorar los efectos de esta hormona también favorece en la prevención de la obesidad y el cáncer.

Tipo de tumores que reduce el ejercicio físico

En la actualidad existe una amplia evidencia epidemiológica sobre cómo afecta la actividad física regular en la reducción del riesgo de desarrollar cáncer. En especial, estudios científicos han demostrado vinculación entre el ejercicio y la prevención de algunos tipos de cáncer, incluyendo:

Cáncer de pulmón: el ejercicio físico disminuye el riesgo de cáncer de pulmón, sobre todo en personas no fumadoras.

Cáncer de páncreas: según un estudio, el ejercicio físico “no solo torna el ambiente del páncreas más favorable a la supervivencia de las células –al disminuir la glucemia, la inflamación y los triglicéridos, por ejemplo– sino que también induce adaptaciones directas en las células beta”.

Cáncer de colon proximal y distal: algunos estudios han demostrado que realizar ejercicio reduce el riesgo de cáncer de colon al mejorar la motilidad intestinal y disminuir la inflamación.

Cáncer de endometrio: se produce mayormente en mujeres con sobrepeso u obesidad, después de la menopausia. La actividad física disminuye el riesgo posiblemente debido a la pérdida de grasa corporal y la regulación hormonal.

Cáncer de mama: Al respecto, los especialistas sugieren que iniciarse a edad temprana en la actividad física, aumenta la tasa de protección frente al desarrollo del cáncer de mama.

Cáncer de ovario: según varios trabajos de investigación, el ejercicio se vincula con el riesgo de sufrir cáncer de ovario.

Cáncer de próstata: algunos estudios dan cuenta que realizar ejercicio reduce el riesgo de cáncer prostático, aunque los resultados hallados no son concluyentes. Se necesitan más evidencias científicos para una demostración efectiva.

Cáncer esófago-gástrico: la actividad física está asociada a un menor riesgo de este tipo de tumor.

Cáncer de riñones: evidencias dan cuenta que realizar ejercicio reduce el riesgo de cáncer renal.

Cáncer de cabeza y cuello: el ejercicio regular podría estar relacionado con un menor riesgo de estos tipos de cáncer, aunque es necesario llevar a cabo más investigaciones para confirmar esta relación.

Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.