Si has llegado a un punto en el que te sientes aburrido de la decoración de tus paredes y deseas renovar el espacio, no necesitas buscar más. El gotelé, ese acabado de pared tradicional que tanto gustó en el pasado, puede ser renovado con facilidad y sin necesidad de grandes inversiones. En este artículo, te mostraremos cómo darle un nuevo aire a tus paredes en solo 4 pasos fáciles, logrando un resultado impresionante y personalizado que refleje tu estilo y personalidad. ¡Sigue leyendo para descubrir cómo!
Desprende tu espacio de las paredes con gotelé: 4 pasos fáciles para una pared lisa y moderna
Los años pasan, y las tendencias que estaban de moda hace unos años, ahora se ven antiguas o, simplemente, cansan de tanto verlas. Igual que esto pasa con la ropa, también sucede con la decoración. Y una de las cosas que se pusieron muy de moda hace años pero que ya muchas personas quieren cambiar son las paredes de gotelé.
El gotelé, una técnica de pintura que se puso muy de moda, con su particular acabado con efecto rugoso, ha cubierto las paredes de miles de casas españolas durante años. Pero muchos buscan ahora un cambio, por ello hoy os explicamos cómo desprenderos del gotelé y pasar a tener paredes lisas en cuatro sencillos pasos y con un solo material.
¿Cómo desprenderse de las paredes con gotelé?
Para llevar a cabo este cambio, solamente se necesita un material: masilla. Sin embargo, tendrás que comprar también pintura para teñir la pared del color que más te guste una vez finalizado el proceso.
Imagen de recurso: pintar una pared con un rodillo - Pexels
Los 4 pasos para cambiar el gotelé por una pared lisa
Los pasos que debes seguir son los siguientes:
Paso 1: Protege el contorno de la pared
Protege bien el contorno de la pared a la que vas a quitarle el gotelé. Puedes hacerlo con diarios o con cartón, asegurándote de que los márgenes del suelo y de las puertas quedan bien cubiertos para que no se manchen durante el proceso.
Paso 2: Aplica la masilla
Coge el bote de masilla que hayas comprado y pásalo bien por toda la pared con la ayuda de un rodillo.
Paso 3: Alisa y nivela la masilla
Con la ayuda de una rasqueta, alisa y nivela bien la masilla que acabas de aplicar en toda la pared. La recomendación es ir haciendo este paso por zonas para evitar que la masilla se seque en algunas zonas donde todavía vas a tardar un tiempo en alisar.
Paso 4: Arregla las imperfecciones y pinta la pared
Cuando la masilla se haya secado, toca arreglar las imperfecciones del alisado con ayuda de una lija. El último paso, una vez tengas la pared bien lisa, será volver a pintarla del color que desees.
¡Y listo! Ahora tienes una pared lisa y fresca, lista para darle un toque nuevo a tu espacio.
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