Títulos de gloria son cancerígenos para el fútbol, yo soñé con Brasil, España o el fútbol de ensueño del Barça
En el mundo del fútbol, los títulos de gloria suelen ser el objetivo principal de cualquier equipo o selección. Sin embargo, en algunas ocasiones, estos logros históricos pueden llegar a ser cancerígenos para el propio fútbol. En este sentido, muchos expertos y aficionados coinciden en que la obsesión por los títulos puede llevar a la estagnación y la perdida de identidad de un equipo. En este artículo, reflexionamos sobre cómo los títulos de gloria pueden ser un lastre para el fútbol y cómo soñar con Brasil, España o el fútbol de ensueño del Barça puede ser la clave para encontrar un equilibrio entre la ambición y la pasión.
El 'juego bonito' es vida o muerte: Christophe Dugarry defiende el fútbol con pasión y honestidad
Christophe Dugarry (52) es un hombre que habla con sinceridad, guste o no lo que tiene que decir. El ex internacional francés se declara un enamorado del fútbol y, sin faltar al respeto a los resultadistas, se definió como un firme defensor del 'jogo bonito' ayer por la noche en los micrófonos de 'RMC Sport'.
Su exposición llega después de que se le criticara por defender el fútbol de Portugal durante el partido ante Francia durante esta Eurocopa. En mi opinión, el resultadismo es un cáncer para el fútbol. Hay dos visiones del fútbol. Aquellas para las que el resultado es más importante que todo lo demás y los que defienden una visión del fútbol que es la del placer y el 'juego bonito'.
Dugarry destaca que no deberíamos enfrentar a una contra otra. Recientemente recibí críticas por haber apoyado a Portugal. Bueno, no pasa nada, pero mi trabajo no es ser hincha, es transmitir emociones.
Todo es una cuestión de placer y de emociones, pero el placer y las emociones son diferentes para cada uno. Para mí, la emoción y el placer que tengo en el fútbol es ver el juego, iniciativas, ritmo. es intensidad y técnica lo que entra en juego. Yo defiendo lo que me da emoción y lo que me hace disfrutar.
Soy fan, siempre he sido fan. Mi vida ha sido así. Toda mi vida e incluso mi carrera, por momentos ha sido en detrimento de la eficacia, me ha gustado disfrutar y me ha gustado lo bonito. Cuando voy a ver un partido de fútbol, no voy a ver un partido para irme contento porque mi equipo está ganando 1-0. Voy diciéndome que quiero disfrutar, que quiero divertirme. Resulta que si luego el equipo por el que tengo más afinidad, además, gana, se me ponen los pelos de punta, defiende.
Dugarry también habla sobre la generación actual, que se enfoca solo en el resultado. Hay gente para la que el fútbol está por encima de todo, y más aún la generación de hoy, que es una generación donde lo apostamos a todo solo al resultado. Es importante y eso cuenta, ¿por qué no? No tengo ningún juicio que emitir. Hay gente que es capaz de pagar 800 euros por una entrada para ir a Alemania, 200 euros por una entrada al estadio, para enfadarse durante casi dos horas porque el partido está podrido y al final cantar y divertirse o gritar porque su equipo ganó 1-0 aunque se aburran. Bueno, lo respeto, no hay problema.
Sólo digo que para mí el fútbol es un espectáculo y debe seguir siendo un espectáculo. Desgraciadamente el fútbol es cada vez menos espectáculo y solo se piensa en el resultado y eso se está convirtiendo en un cáncer para el fútbol. Lo bonito es el partido que nos hizo soñar cuando éramos jóvenes, gestos bonitos, gestos técnicos. es la selección brasileña, es el mejor equipo de España, son los italianos en su momento, es el Barça. Esto es lo que me hizo soñar. Es ver partidos locos, con ritmo, con intensidad, con calidad técnica, ¡eso es maravilloso! ¡Y eso es fútbol!
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