En una declaración que ha conmocionado al mundo del deporte, el tenista serbio Novak Djokovic ha revelado que su experiencia con el COVID-19 fue el 'partido' más duro de su vida. El campeón de Grand Slam, conocido por su resistencia y tenacidad en la cancha, ha admitido que la lucha contra la enfermedad fue un desafío que lo llevó al límite. En una entrevista emocionante, Djokovic confesó que lloraba todas las noches debido a la gravedad de su condición y la incertidumbre sobre su futuro en el tenis. Esta revelación nos recuerda que, incluso los atletas más fuertes y exitosos, no están exentos de enfrentar desafíos personales y de salud.
La resiliencia de un campeón: Djokovic habla de la infancia en guerra y su lucha contra COVID
Corren tiempos convulsos en el mundo del tenis. Rafa Nadal acaba de anunciar su retirada, Federer lo dejó hace apenas dos años y Alcaraz y Sinner pelean por liderar una nueva era. Mientras tanto, hay quien parece perenne: Novak Djokovic. El tenista serbio continúa al máximo nivel y pese a que los más jóvenes consiguen tumbarle de vez en cuando, parte como uno de los grandes favoritos en todos los torneos en los que participa.
A sus 37 años, su resiliencia es encomiable. Belgrado es la ciudad de Europa que más veces fue destruida y reconstruida. Ese espíritu lo encuentro dentro de mí. Esa frase de Djokovic ayuda mucho a entender su carácter.
Una infancia en plena guerra
Creció en los 90 en una Belgrado, una ciudad que vivió episodios bélicos que marcaron a toda una generación. Entre ellos, a un joven Novak que nació en el 87: Recuerdo hacer fila con mi abuelo a las 5 de la mañana para conseguir el pan para alimentar a toda nuestra familia. Mi tío, mi abuelo, mi tía, mis primos, mis hermanos. Vivíamos todos juntos en un pequeño departamento porque no teníamos otra opción y esas son las cosas que pasaron a ser parte integral de mi carácter, de quién soy hoy yo como persona.
Preguntado por lo duro que es vivir una guerra, Djokovic respondió emocionado: Es un horror. Lo peor que alguien puede llegar a vivir. Es el temor a lo desconocido. No saber si la próxima bomba te va a caer en la cabeza. Y así todos los días, las alarmas, las sirenas que nos despertaban todas las noches cuando se acercaban los aviones. Llorábamos todas las noches.
La lucha interior durante la pandemia
Sus vivencias de la infancia le han convertido en una persona con un carácter y una resiliencia que, al menos en la pista, parecen inquebrantables. Sin embargo, hay algo que le hace sentir vulnerable: Los niños. Mis hijos, pero también otros niños. Siempre me emocionaron los chicos, pero cuando me convertí en padre… Cuando veo niños sufriendo me rompe el corazón, es como si entrara en depresión. Porque son los seres más puros del planeta y se merecen lo mejor, se merecen un futuro. Y cuando veo estas guerras y todo lo que está pasando. Yo viví la guerra, a mi ciudad la bombardearon día y noche durante dos meses y medio. Vi muertos. Y ahora que veo las guerras en otras partes del mundo, no entiendo.
En una reciente entrevista con el medio argentino La Nación, Djokovic ha hablado de su futuro, de su presente y mucho de su pasado, revelando la lucha interior que ha librado durante la pandemia y cómo su infancia en guerra lo ha convertido en la persona que es hoy.
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