Tasa de niños afectados por enfermedad en crecimiento aumenta al 3%, un cambio alarmante en la salud infantil

Tasa de niños afectados por enfermedad en crecimiento aumenta al 3%, un cambio alarmante en la salud infantil

En un informe reciente, se ha revelado un aumento preocupante en la tasa de niños afectados por enfermedades en crecimiento, que ha alcanzado un 3% en comparación con años anteriores. Esta tendencia alarmante en la salud infantil ha generado gran inquietud entre los expertos en el campo de la medicina y la comunidad en general. El aumento en la prevalencia de estas enfermedades en niños y niñas en edad de crecimiento es un factor de riesgo significativo para su desarrollo futuro. En este sentido, es fundamental analizar las causas subyacentes de este fenómeno y implementar medidas efectivas para prevenir y tratar estas enfermedades, con el fin de garantizar la salud y el bienestar de las nuevas generaciones.

Tasa de niños con hígado graso aumenta al 3% en España: un nuevo desafío para la salud infantil

Algunos países de la Unión Europea, entre ellos España, superan el 40% de la tasa de sobrepeso y obesidad, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este dato es verdaderamente alarmante para la población infantil, ya que los menores son más propensos a desarrollar otras afecciones graves, como enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Pero también afecta a la salud mental con síntomas de ansiedad, depresión y baja autoestima.

Pero recientemente se descubrió que conforme avanza el índice de obesidad infantil en España, aparece como consecuencia una patología crónica e inédita que hace 10 años prácticamente no existía en niños y ahora afecta al 3% de los menores, según datos de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH). Nos estamos refiriendo a la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), que cada vez está teniendo mayor impacto en edades más tempranas.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico

La EHGNA se produce como consecuencia de la progresiva acumulación de grasas en el interior del hígado, producto de dos causas principales: malos hábitos y sedentarismo. En suma, la EHGNA conlleva, a largo plazo, puede aumentar el riesgo de otras patologías complejas, como hepatitis, fibrosis hepática, cirrosis e incluso cáncer de hígado.

La doctora Rocío Aller explica que “la irrupción de esta enfermedad en niños de 6-8 años es un fenómeno tan preocupante como inédito en nuestro país. La prevalencia del hígado graso siempre se ha concentrado entre los 40 y los 80 años”. Aller presume que “la aparición de una prevalencia de hasta el 3% en menores de edad augura una verdadera eclosión de esta patología en adultos”.

El impacto en España

Los números de casos de hígado graso están aumentando drásticamente por los malos hábitos de consumo. La población española no es una excepción, se aproxima que 10 millones de su población padecen esta enfermedad, de los cuales 2 millones tienen esteato-hepatitis (inflamación del hígado), y, dentro de ellos, 400.000 presentan cirrosis hepática.

El doctor Romero aporta que “es duro decirlo, pero estamos fabricando enfermos, así que hay que tomar medidas”, que no solo consisten en “un abordaje multidisciplinar por parte de diferentes especialistas y profesionales sanitarios, sino también un abordaje multi-institucional que abarque a todas las instituciones, los colegios, las familias, los medios…”.

Cómo mejorar la función del hígado graso

Aunque las cifras sean alarmantes, la EHGNA es, en realidad, un problema que, tratado a tiempo, tiene solución. Basta con hacer una dieta mediterránea y realizar ejercicio, el paciente tiene entre un 80 a 90% de probabilidades de curarse.

Para mejorar la función del hígado y favorecer la buena digestión, es necesario incorporar algunas medidas que ayuden a expulsar el cúmulo de sustancias tóxicas. En este sentido, es muy posible que el pediatra trabaje conjuntamente con el nutricionista para armar un plan adecuado según cada niño, pero en términos generales, algunas de las pautas más importantes son:

Tomar mucha agua. Comer frutas y verduras a diario. Comer cereales integrales. Restringir la ingesta de grasas saturadas y grasas trans. Restringir la ingesta de carbohidratos simples. Realizar actividad física.

Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.