Spotify Camp Nou: Una obra maestra en el corazón del fútbol

Spotify Camp Nou: Una obra maestra en el corazón del fútbol

En un emocionante anuncio, el FC Barcelona y Spotify han revelado su colaboración para renombrar el Estadio del Camp Nou, uno de los iconos más emblemáticos del fútbol a nivel mundial. A partir de ahora, el templo del fútbol catalán llevará el nombre de Spotify Camp Nou, convirtiéndose en la primera alianza de este tipo en la historia del fútbol. Esta innovadora unión tiene como objetivo revolucionar la experiencia del espectador y brindar un nuevo nivel de entretenimiento a los aficionados del Barça y del fútbol en general. En este sentido, se espera que la remodelación del estadio sea una obra maestra que combinará la pasión del fútbol con la innovación y la tecnología.

El Spotify Camp Nou: Un gigantesco proyecto que cambiará el rostro del fútbol

El nuevo Spotify Camp Nou ya se deja ver. Lo que fue es un recuerdo de un incalculable valor; lo que será es un proyecto de estadio monumental.

De momento, un esqueleto de lo que se intuye una obra urbanística y de ingeniería que dará que hablar. Una visita a las entrañas del campo da una idea del faraónico trabajo que el Barça está haciendo para que en diciembre de 2024 se dispute el primer partido ante 64.000 aficionados y para que en la temporada 2026-2027 sea una realidad que enorgullezca a 104.000.

Protegidos por un casco blanco y provistos de un chaleco reflectante y con calzado adecuado, un grupo de periodistas realizó un recorrido guiado por las obras del Spotify Camp Nou. Entre cascotes, hierros, polvo, improvisadas escaleras metálicas, plataformas y numerosos operarios fueron descubriendo algunos secretos.

Las obras de la primera y la segunda gradería se ven avanzadas. Después de atravesar la entrada de acceso al estadio y a las zonas de los parkings, que darán cabida a entre 3.200 y 4.000, Lluís Moya, director técnico de la oficina del Espai Barça, hizo una parada para explicar que se ha retocado la inclinación de la primera gradería para solucionar algunos problemas de visibilidad.

Concretó que se ha rebajado también la altura del Gol Sur, que pasará ahora a feudo de la Grada de Animación. La segunda grada es intocable, es patrimonio de Barcelona. Las dos darán cabida a un 60% de socios en el primer tramo. Será imprescindible contar con los permisos pertinentes y garantizar la seguridad de todos los aficionados.

Para evitar cualquier incidente, el acceso a la tercera gradería estará cerrada en los días de los partidos. La primera y segunda contará con uno propio e independiente. El anillo que rodea las gradas deja entrever la magnitud de la operación.

El interior del estadio, donde antes estaba el césped y que ahora es una amalgama de cables, hierros y casetas, permite observar unas vigas rojas que serán la estructura de una tercera grada que se va alzando majestuosa. Una imponente grúa da una idea de lo que está costando este esqueleto arquitectónico.

El trabajador tarda 17 minutos en subir a la cabina y en ocho horas solo baja un rato para comer. En el vértice de una invisible área grande, Moya explica que la cubierta tendrá una apertura central. El público no se mojará si llueve a no ser que exista el siempre molesto viento racheado. Los jugadores sí. Sólo Ter Stegen se salvará, bromea.

Son 50.000 m2, similar al de Maracaná, que son palabras mayores. Señala dónde irán las tres pantallas grandes, el marcador y el palco. “El mirador será la guinda del pastel”, comenta. La idea es que el uso definitivo esté para 2026. Están en ello.