¿Son seguras las suplementos de omega-3 para mujeres embarazadas?
La suplementación con omega-3 durante el embarazo es una práctica común entre las futuras madres que buscan asegurar el desarrollo saludable de sus hijos. Sin embargo, surgieron dudas sobre la seguridad de estos suplementos, especialmente en cuanto a la posible influencia en la salud fetal. Ante esta incertidumbre, es fundamental analizar las evidencias científicas disponibles y evaluar los posibles beneficios y riesgos asociados con el consumo de suplementos de omega-3 durante la gestación. En este artículo, examinaremos las últimas investigaciones y recomendaciones de expertos para determinar si los suplementos de omega-3 son seguros para las mujeres embarazadas.
¿Son seguras las suplementos de omega para mujeres embarazadas? Descubre los beneficios y riesgos
Los omega-3 son ácidos grasos de cadena larga poliinsaturados, considerados nutrientes esenciales para la buena salud y el desarrollo. El cuerpo humano no puede sintetizarlos por sí mismo, por lo tanto, es clave incorporar estos ácidos grasos a través de la alimentación o suplementos enriquecidos con omega-3.
Por tal razón, estos nutrientes son fundamentales en cualquier momento de la vida, y en particular durante el embarazo. Los omega-3 aportan muchos beneficios tanto para la madre como para el bebé, por lo tanto, todas las embarazadas deben tener en cuenta consumir cantidades necesarias de estos ácidos grasos.
¿Cuál es el mejor omega para embarazadas?
Existen tres tipos de omega-3: ácido alfa-linolénico (ALA), ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Según investigaciones, los dos ácidos grasos más beneficiosos para las mujeres embarazadas son el EPA y el DHA.
EPA: favorece la salud del corazón, el sistema inmunitario y la respuesta inflamatoria.
DHA: mejora la función del sistema nervioso central (SNC) y cuida la salud cerebral y de los ojos. Dicho esto, este ácido graso poliinsaturado es el mejor omega-3 para las mujeres embarazadas y lactantes.
Ambos ácidos grasos, EPA y DHA, se encuentran principalmente en el pescado azul, como salmón, atún, sardinas, anchoas y arenque. Asimismo, cabe destacar que el aceite de algas es una excelente alternativa al pescado y ofrece buena cantidad de DHA, y una mínima concentración de metales pesados, dioxinas u otros pesticidas.
¿Qué pasa si tomo omega-3 y estoy embarazada?
Los omega-3 son una familia de ácidos grasos esenciales en la composición estructural del cerebro y de la retina de los ojos durante el desarrollo del feto. Se estima que la madre le transfiere al feto unos 600 mg de los ácidos grasos omega-3 durante una gestación a término.
Por tal razón, es importante el consumo de una dieta rica en omega-3 de la madre antes de la concepción, pues esto determinará, en parte, el tipo de grasas que se concentre en los tejidos del feto. Al respecto, cabe señalar que la placenta “elige” al ácido docosahexaenoico (DHA) para transportarlo de la madre al feto, lo cual genera un enriquecimiento de estos ácidos grasos poliinsaturados en los lípidos que circulan en el feto.
Esto es fundamental sobre todo durante el tercer trimestre del embarazo, ya que es la fase de la gestación donde más se desarrolla el sistema nervioso y, por lo tanto, es crucial un enriquecimiento de este noble ácido graso.
Dicho esto, vale aclarar que algunos estudios han demostrado los beneficios del consumo de pescado y del suplemento con aceite de pescado durante el embarazo. En particular, una dieta rica en ácidos grasos omega-3 ayuda a prolongar el tiempo de gestación, evitando partos prematuros (antes de las 37 semanas) y aumentando el peso del bebé al nacer, lo cual es un factor de riesgo para el desarrollo de alguna discapacidad o muerte en los primeros cinco años de vida.
Importante: Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.
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