¡Milagro en el fútbol! El Espanyol se congela en Valladolid a pesar del calor estival de 30 grados
En un partido que se anticipaba como una prueba de fuego para el Espanyol, el conjunto catalán logró congelar el marcador en Valladolid a pesar del calor estival que azotó la ciudad castellana con temperaturas récord de 30 grados. La impresionante actuación de los jugadores pericos les permitió llevarse un valioso punto en una jornada que se presentaba como una de las más difíciles de la temporada. El milagro se consumó en el estadio José Zorrilla, donde el Espanyol demostró su capacidad para superar obstáculos y llevarse la sorpresa del fin de semana.
El Espanyol se congela en Valladolid: 30 grados de calor no impiden un partido frío y deficiente
El Nuevo José Zorrilla se conoce como ‘el estadio de la pulmonía’ por las bajas temperaturas que se registran durante gran parte del año en el mismo. Sin embargo, no fue el caso de este lunes, cuando el termómetro alcanzó los 30º grados, pero aún así el Espanyol de Manolo González dio muestras de tener más que congeladas sus ideas.
El conjunto blanquiazul ofreció una imagen muy lejos de la que se espera de él si no quiere tener problemas para mantener la categoría. En el tramo final, con más corazón que buen hacer, pudo haber encontrado el gol del empate para no regresar a casa con el zurrón vacío, pero no se puede decir que en gran parte del duelo diese al Valladolid las facilidades suficientes como para que el cuadro blanquivioleta se quedase con los tres puntos.
Un sistema híbrido que no funcionó
Dando continuidad a lo que se ha visto en la pretemporada, Manolo González apostó por su sistema ligeramente híbrido en el que Omar El Hilali actúa como tercer central y Tejero y Carlos Romero cabalgan por la banda cuando el equipo tiene la pelota y se encargan de los extremos rivales cuando toca correr hacia atrás. Especialmente mal lo pasó en defensa el mencionado Tejero, ya que le tocó bailar con un Raúl Moro que tras pasar en su día por la cantera del Espanyol no pudo tener un mejor estreno en Primera que el que protagonizó este lunes.
Un suspenso colectivo
Pero más allá de cualquier individualidad, el suspenso del Espanyol ayer es colectivo. La idea que tiene Manolo González en cuanto a lo que quiere que sea su equipo, atrevido en la presión y eléctrico cuando dispone de la pelota, es buena, pero la ejecución en su versión óptima no se antoja sencilla en Primera visto lo visto.
La incomodidad del equipo quedó reflejada cuando en un ‘cooling break’ los micrófonos de la retransmisión televisiva hicieron públicas varias réplicas de los jugadores a las indicaciones de Manolo. No se gustó el Espanyol en Valladolid y cayó derrotado. No volvió con una pulmonía pero sí con la sensación de que tras salir del infierno de Segunda en Primera hace mucho frío.
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