La lucha por la Jarra se desata en un escenario de incertidumbre después de una tercera jornada con condiciones meteorológicas extremas

La lucha por la Jarra se desata en un escenario de incertidumbre después de una tercera jornada con condiciones meteorológicas extremas

En un escenario de incertidumbre, la lucha por la Jarra se intensifica tras una tercera jornada marcada por condiciones meteorológicas extremas. La competición, que ya de por sí era emocionante, ha dado un giro inesperado debido a los fuerzos de la naturaleza que han obligado a los participantes a reinventarse y a adaptarse a las nuevas condiciones. La situación es de máxima tensión y la incertidumbre reinante hace que sea imposible predecir quién será el ganador final. En este contexto, los rivales deberán demostrar su entereza y su capacidad de superación para llevarse el anhelado título.

Inferno en Royal Troon: La lucha por la Jarra se desata en un escenario de incertidumbre

Más que moving day (día del movimiento), lo vivido este sábado en Royal Troon, sede por décima vez del British Open, habría que denominarlo hell day (día infernal) o suffering day (día del sufrimiento). Abre paraguas, cierra paraguas; ponte la chaqueta de agua, quítatela; palos mojados, palos secados. Hay que ver cómo llovió durante casi todo el recorrido de los líderes (y en algunos momentos con fuerza) y cómo cambió la dirección del viento convirtiendo los nueve segundos hoyos (en contra, diferente a jueves y viernes) del links escocés en una auténtica tortura y pesadilla para los Lowry, Brown, Rose, Horschel, Schauffele, Scheffler, Rahm y compañía.

En los pares 4 que hay entre los hoyos 11 y 18, algunos pegaron drive y madera y no alcanzaron el green, y en el 17, par 3, algunos salieron con madera y tampoco llegaron a la altura de la bandera. Brutal.

Con el tiempo condicionando por tanto el devenir del último Grand Slam de la temporada, acabó liderando en casa-club el estadounidense Billy Horschel, quien a pesar de acabar con un bogey, hizo 69 golpes y suma 209 (-4).

Falló en este hoyo final (doble bogey) también el sorprendente inglés Daniel Brown, quien llegó a mandar durante algunos hoyos, segundo empatado con 210 (-3) junto a los tres jugadores que salieron con las mejores condiciones posibles y fueron los grandes beneficiados de la escabechina: los estadounidenses Sam Burns y Russell Henley y el sudafricano Thriston Lawrence. Se les unió por la tarde y sobreviviendo igualmente a las duras condiciones, el campeón del PGA Xander Schauffele y el inglés Justin Rose.

La clasificación se ha comprimido de tal manera que no puede estar por tanto más reñido, bonito y emocionante el desenlace final este domingo, con el nº1 mundial Scottie Scheffler, ojo, con 211 golpes (-2) y el irlandés líder al inicio de la vuelta, Shane Lowry (212, -1). Todos ellos son los que están bajo par.

Los errores de Horschel, y sobre todo de Brown (Lowry ya se había ido de madre antes) abrieron una pequeña ventana a la esperanza a Jon Rahm, 15º empatado tras su 72, con 215 golpes (+2), a seis de un Horschel muy sólido, todo hay que decirlo, ganador en su día de la FedEx Cup y del prestigioso BMW PGA Championship en Wentworth.

El único problema de Rahm de cara a este domingo es que por delante suyo hay muchos jugadores, y algunos muy buenos, que también tienen sus opciones y no todos van a fallar en los últimos 18 hoyos. El favorito del público, obviamente, es Rose; el que puede hacer historia igualando las siete victorias de Arnold Palmer conseguidas en 1962 antes de conquistar el British, Scheffler, mientras las otras apuestas americanas serían Horschel y un Schauffele que, desprendida la mochila de no haber ganado un 'major', ahora es capaz en dos meses de ganar el segundo.