En el emocionante partido entre los equipos de fútbol rivales, Sánchez Martínez, el árbitro del encuentro, tomó una decisión que cambió el rumbo del juego. La no exhibición de la segunda amarilla al jugador Cubarsí fue un movimiento táctico que sorprendió a todos los presentes en el estadio y a los espectadores en casa. ¿Cuál fue la lógica detrás de esta elección? ¿Fue una decisión acertada o un error grave? En este análisis, exploraremos las razones que llevaron a Sánchez Martínez a tomar esta decisión y cómo afectó el desarrollo del partido.
La estrategia de Sánchez Martínez: ¿Por qué no mostró la segunda amarilla a Cubarsí?
Mucha polémica se ha levantado en torno a la acción ocurrida anoche en Mestalla, donde Pau Cubarsí agarró del brazo al valencianista Hugo Duro en la segunda parte. Una acción que, aunque parecía merecedora de una segunda tarjeta amarilla, no fue sancionada con la expulsión del jugador del Barcelona.
La jugada clave tuvo lugar en el minuto 56 de encuentro, cuando el resultado estaba a favor de los azulgrana (1-2) después de que Robert Lewandowski anotara desde los once metros una pena máxima cometida sobre Raphinha nada más arrancar la segunda mitad. La acción de Cubarsí consistió en agarrar del brazo a Hugo Duro, lo que generó gran expectación entre los aficionados y los medios de comunicación.
Sin embargo, la acción estuvo bien sancionada por el colegiado internacional Sánchez Martínez, quien decidió no mostrar la segunda tarjeta amarilla a Cubarsí. Según fuentes consultadas por MD, la acción no merecía una segunda amonestación ya que no cortaba una posible salida a la contra del equipo valencianista, y además, el delantero del Valencia exageró la acción buscando que el colegiado cayera en la trampa.
Además, el central del Barcelona no era el último jugador, ya que justo al lado de Cubarsí se encontraba Iñigo Martínez, también jugador del equipo azulgrana. Esto significa que no había riesgo de contraataque para el equipo valencianista.
También es importante destacar que la acción no podía ser revisada por el VAR, ya que se trataba de una supuesta segunda tarjeta amarilla, y el protocolo solo permite actuar en las expulsiones directas.
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