La esquiadora que conquistó el Mont Blanc: ¡primera en dejar huella en la cumbre con esquís!
En un logro histórico y emocionante, la intrépida esquiadora profesional, Alexandra Lopez, se convirtió en la primera persona en dejar huella en la cumbre del Mont Blanc con esquís. Esta hazaña excepcional se llevó a cabo en una jornada de condiciones climáticas adversas, con vientos fuertes y nieve intensa. La determinación y habilidad de López le permitieron superar los desafíos del terreno y alcanzar la cima del techo de Europa, elevándose a una altura de 4.808 metros. Esta proeza marca un hito en la historia del esquí y cimenta el legado de López como una de las más destacadas esquiadoras de la actualidad.
La esquiadora Anna DeMonte conquista el Mont Blanc en récord: ¡un logro histórico!
Este verano, la esquiadora Anna DeMonte se convirtió en una leyenda en el mundo del esquí de montaña al establecer un nuevo tiempo más rápido conocido (FKT, por sus siglas en inglés) en la icónica montaña Mont Blanc.
A través de la desafiante ruta de Grand Mulets, DeMonte completó un hito que muchos consideran casi imposible, cubriendo 32 kilómetros y ascendiendo más de 3,658 metros en solo 7 horas y 29 minutos.
Un viaje accidentado hacia la cima
La travesía de Anna DeMonte hacia este récord no estuvo exenta de obstáculos. A mitad de su ascenso en junio, DeMonte experimentó un tropiezo que podría haber puesto fin a su intento.
Mientras luchaba contra la nieve helada, que hacía difícil mantener el equilibrio con sus estrechos esquís de montañismo, DeMonte perdió el pie y cayó cuesta abajo. Este incidente no fue su primer contratiempo en su camino hacia la cima.
Originaria de Ann Arbor, Michigan, DeMonte tiene un largo historial en el entrenamiento aeróbico. Durante sus años universitarios, fue nadadora, y tras graduarse, encontró en el ciclismo competitivo su nueva pasión.
Sin embargo, a medida que su amor por el ciclismo crecía, también lo hacía un dolor persistente en su espalda, un problema que finalmente alcanzó su punto máximo en un entrenamiento antes de una importante carrera.
“En un entrenamiento antes de una carrera bastante importante, sentí ese dolor fulminante del nervio ciático bajando por mi pierna derecha”, relata DeMonte.
Este episodio culminó en una lesión grave: un disco lumbar abultado que eventualmente se rompió. Tras una cirugía y semanas de recuperación, DeMonte se vio obligada a repensar su futuro en los deportes de competición.
Del dolor a la pasión por el esquí
Después de la cirugía, DeMonte decidió hacer un cambio radical. Se mudó a Utah y, a pesar de haber esquiado un poco durante su infancia, comenzó a tomarse el esquí más en serio.
Aunque al principio se sintió frustrada por no ser muy buena, rápidamente desarrolló las habilidades necesarias y descubrió en el esquí una nueva pasión.
Esquiar es mucho más divertido comparado con nadar, y simplemente me enamoré de ello, confiesa DeMonte.
Su evolución fue rápida: en pocos años, pasó de ser una esquiadora aficionada a convertirse en una atleta de montaña capaz de enfrentar desafíos que combinan esquí y montañismo, como la exigente ruta de Grand Mulets.
En febrero pasado, DeMonte y su compañero, Jack Kuenzle, llegaron a Chamonix, un lugar conocido por sus imponentes líneas de esquí en la naturaleza. En lugar de utilizar los teleféricos, que muchos esquiadores utilizan para acceder a estas rutas, DeMonte y Kuenzle optaron por escalar las pendientes por su cuenta, promediando unos 6,096 metros verticales de ascenso cada semana.
Esta preparación fue fundamental para que DeMonte estuviera lista para enfrentar el reto en junio.
Rompiendo límites
La caída en la ruta de Grand Mulets podría haber descarrilado su intento de FKT. A pesar del riesgo de lesión y la pérdida de tiempo, DeMonte mantuvo la compostura y continuó su ascenso.
Para cuando alcanzó la cima, el cielo se despejó, permitiéndole disfrutar de un descenso que describió como “una mezcla de condiciones ligeramente polvorientas y, más abajo, nieve calentada por el sol”.
No fue hasta que regresó a la iglesia en Chamonix que DeMonte supo que había establecido un nuevo FKT femenino de esquí en Mont Blanc.
“Estaba más como, 'Oh, me encanta esquiar.' Esto vale tanto la pena. Valió la pena el terrible ascenso”, dijo DeMonte al reflexionar sobre su logro.
Al completar la ruta de Grand Mulets en siete horas y 29 minutos, se quedó a solo unos minutos del FKT femenino general establecido por Hillary Gerardi, consolidando su posición como una de las mejores esquiadoras de montaña del mundo.
Actualmente, DeMonte sigue en Europa, viviendo de manera nómada en una furgoneta, y ya tiene en mente su próximo desafío: una tentativa de velocidad en el Matterhorn, que, debido a la época del año, no incluirá esquí. Sin embargo, su corazón sigue ligado a la nieve, y ya está planeando una expedición a Denali para el próximo año.
Deja una respuesta