Jon Martin y Pablo Marín no son números dos
En un giro inesperado en el mundo del fútbol profesional, Jon Martin y Pablo Marín han demostrado que no están dispuestos a conformarse con ser los números dos en sus respectivos equipos. A lo largo de la temporada, ambos jugadores han trabajado arduamente para ganar la confianza de sus entrenadores y hacerse con un puesto en el once titular. Y parece que sus esfuerzos han dado fruto, ya que en las últimas jornadas han sido clave en la consecución de importantes victorias para sus equipos. ¿Qué les ha llevado a este punto de inflexión en sus carreras? ¿Cuál es el secreto detrás de su repentina ascensión? En las siguientes líneas, analizaremos los factores que han contribuido a que Jon Martin y Pablo Marín dejen atrás la condición de números dos y se conviertan en figuras clave en el fútbol español.
Jon Martín y Pablo Marín: no son números dos, sino protagonistas
Imanol Alguacil sorprendió a muchos con la alineación titular para el partido en Niza el pasado miércoles, priorizando claramente el encuentro de la competición nacional y dejando a estrellas con cero minutos en Francia y a los cinco fichajes del verano en el banquillo. El técnico oriotarra cambió de sistema al 5-3-2 y dio entrada a ocho nuevas caras respecto a Valladolid.
Dos de esas nuevas caras fueron Jon Martín y Pablo Marín, jugadores con dorsal del filial pero en dinámica total del primer equipo. El partido en Niza acabó con ellos dos y con Aramburu, tres futbolistas con dorsal por encima del 25. Marín y Martín jugaron su primer partido completo con la Real y fue en un escenario grande como la primera visita de un torneo ultraexigente. Ambos rindieron a buen nivel, dieron la talla y demostraron que no son figurantes, quieren ser protagonistas.
Datos de Pablo Marín y Jon Martín ante el Niza
Jon Martín
El encuentro en tierras francesas supuso su debut europeo, que no es poco, en una noche que no olvidará pese a no ganar. Fue el central del medio, una especie de líbero en salida, de una novedosa línea de cinco defensas. Fue clave en la salida de balón, en la que perdió un balón comprometido y fue como un avión a recuperarlo, hasta hacerlo y volver a encontrar a un jugador de color arena. Estuvo muy atento para correr y anticipar y potente en los despejes y duelos.
Era su primera titularidad y llevaba apenas unos ratos de fútbol de élite, pero parecía que llevara ya varios años jugando a las órdenes de Imanol. El oriotarra, que había repetido mucho anteriormente que estaba verde y lejos de estar listo, dijo de él tras el partido que quería que estuviera preparado cuando le tocara y que ahora sí estaba seguro de que lo haría bien. Estaba en lo cierto. Fue de los mejores del equipo en un partido de dos caras de la Real, de más a menos.
Fue el que más despejes hizo (7), el que más intercepciones hizo (2), hizo una entrada buena para recuperar un balón, ganó dos de los tres duelos claros que tuvo y acertó 50 de los 53 pases que intentó, siendo el que más dio. Verde no está, eso seguro. Tiene nivel de sobra para acumular minutos y experiencia y crecer jugando. Tiene sólo 18 años pero ya jugó su primer partido entero y también fue uno de los elegidos para hablar en zona mixta.
Pablo Marín
Pablo Marín es un caso curioso en la Real. Era una de las grandes promesas de Zubieta, subió rápido al primer equipo saltándose con velocidad las etapas finales de formación. Imanol le dio la alternativa sin dudarlo. Debutó en octubre de 2022 en Valladolid, en un terrible partido realista en el que él sí estuvo bien, y a partir de ahí incluso adelantó a Robert Navarro para jugar un total de 17 partidos esa temporada.
Volvía a ser titular desde el 5 de febrero de 2023, hace 19 meses, precisamente ante el Valladolid. Aquel día sí jugó mal. Ante el Niza fue el ‘8’ de Imanol y un auténtico pulmón que no dejó de correr. Así las cosas Imanol le mantuvo los 90 minutos sobre el verde por primera vez, dejando sin minutos a Turrientes y quitando a Brais por Sucic y no a él.
Ya tenía experiencia europea pero pareció tener 30 años por su saber estar. No fue el partido más brillante pero sí el de más oficio. Despejó un balón, hizo tres entradas, acertó 22 pases de 28, ganó seis duelos y abarcó muchísimo campo sin balón y también con él. Disparó dos veces, una de ellas tras una carrera en el 84’. No para y es una baza más, aunque en esta segunda etapa le falta mostrar aún su calidad.
Deja una respuesta