España abandona el cambio de horario a partir del próximo año, un fin a la tradición de ajustar el cronómetro
En un giro sorprendente, el Gobierno de España ha anunciado que abandonará la tradicional práctica de cambiar el horario de invierno a verano y viceversa a partir del próximo año. Esta decisión pone fin a una costumbre que se ha mantenido durante décadas en el país, y que ha generado debates y controversias sobre su eficacia y conveniencia. El cambio de horario, que se realizaba dos veces al año, buscaba ahorrar energía y adecuarse a las necesidades de iluminación según la estación del año. Sin embargo, muchos expertos y ciudadanos habían cuestionado su utilidad y efectividad en la actualidad.
Fin de la tradición: España abandona el cambio de horario a partir del próximo año
El próximo 27 de octubre, España atrasará una hora sus relojes, dando inicio al horario de invierno. Sin embargo, este ritual de ajustar el tiempo tiene los días contados. Según la normativa actual, 2026 será el último año en el que los españoles modifiquen sus relojes, poniendo fin a una práctica que ha estado en vigor desde la década de 1970.
Desde 1974, la razón principal para adelantar o atrasar los relojes ha sido aprovechar la luz natural y reducir el consumo energético. Sin embargo, estudios recientes señalan que el impacto de esta medida es mínimo en la actualidad, lo que ha llevado a cuestionar su utilidad.
A pesar de las dudas, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha confirmado que la transición entre horario de invierno y verano se mantendrá hasta 2026, tal como establece el Real Decreto 236/2002.
Los españoles dejarán de mover sus relojes en 2026
Después de esa fecha, España deberá decidir si adopta un horario fijo y, en ese caso, si prefiere el de verano o el de invierno. Esta medida no solo requiere consenso político, sino también una amplia campaña informativa para evitar confusión entre la ciudadanía.
¿Volver al GMT?
La decisión de dejar de cambiar la hora también ha reavivado otra discusión: el huso horario de España. Por su ubicación geográfica, el país debería regirse por el Meridiano de Greenwich (GMT), como ocurre en Reino Unido y Portugal. Sin embargo, en 1940, bajo el régimen de Francisco Franco, se adoptó el Horario Central Europeo (CET) para alinearse con otros países del continente.
Esta discrepancia entre la hora oficial y la luz solar ha generado críticas, ya que afecta los ciclos biológicos de la población y complica la conciliación entre la vida personal y laboral. Volver al GMT sigue siendo una opción, pero implicaría ajustes profundos en las costumbres diarias.
¿Qué pasará en 2026?
El 27 de octubre marcará una nueva transición al horario de invierno, pero los días de este cambio estacional están contados. 2026 será un año decisivo, ya que el Gobierno deberá optar entre mantener el horario de verano o el de invierno de forma permanente.
Por lo pronto, el debate sobre qué horario escoger se mantendrá en la agenda pública. Todo apunta a que España se prepara para decir adiós al cambio de hora, sumándose a otros países que ya han decidido ajustar sus relojes por última vez.
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