El secreto detrás de la controversia: Exárbitro admite haber perdonado la expulsión a Messi a cambio de su camiseta en el Clásico
En un escándalo que ha sacudido al mundo del fútbol, un exárbitro ha revelado un secreto que ha generado gran controversia. Según ha confesado, decidió perdonar la expulsión al astro argentino Lionel Messi durante un partido del Clásico a cambio de obtener su camiseta como recuerdo. Esta confesión ha generado un gran revuelo en la comunidad deportiva, ya que cuestiona la imparcialidad del árbitro en el partido y pone en duda la integridad del juego.
El secreto detrás del Clásico: Exárbitro admite haber perdonado a Messi a cambio de su camiseta
Una sorprendente confesión hizo hace unos días el exárbitro chileno Carlos Chandía en ESPN, respecto a un episodio que vivió con Leo Messi durante la Copa América 2007. El excolegiado aseguró que le perdonó una tarjeta amarilla al argentino en la semifinal ante México, que le hubiera supuesto perderse la final, a cambio de su camiseta.
El episodio en cuestión sucedió cuando Messi estaba con una tarjeta amarilla y podía perderse la final de la Copa América. Yo había dado tres minutos de tiempo añadido, ganando Argentina 3-0 a México. A Messi le llega de la nada una pelota y la corta con la mano, pero en mitad de campo, sin ninguna posibilidad de gol del equipo mexicano ni nada por el estilo, comenzó explicando Chandía.
Según el exárbitro, la jugada era de amarilla, pero decidió no mostrar la tarjeta amarilla a Messi porque faltaban solo dos minutos y medio para el final del partido, con un marcador de 3-0 a favor de Argentina. Era cortarle la posibilidad de jugar la final de la Copa América. Esa tarjeta amarilla a mí me significó no arbitrar la final en Venezuela, agregó.
El trueque se produjo cuando Messi se acercó a Chandía en el campo y le pidió que no le mostrara la tarjeta amarilla. Messi se la quería sacar en el campo y le dije: 'no, no, no'. La espero en el vestuario. Y llegó con la camiseta y me la dejó ahí. No me acuerdo si jugaba con la 18, reveló el exárbitro.
Esta confesión sorprendente deja en evidencia que, a veces, los árbitros también tienen sus motivaciones personales y no siempre actúan con total imparcialidad en el campo de juego.
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