En un giro inesperado de los acontecimientos, el ciclismo español vivió un día histórico en La Vuelta 2024, cuando Luis Ángel Maté, a sus 40 años de edad, logró coronarse como el rey de la montaña. Un logro que no solo es un triunfo personal, sino que también revive la ilusión de muchos aficionados que creían que el mejor momento de este ciclista había quedado atrás. Sin embargo, Maté demostró que la experiencia y la determinación pueden ser más fuertes que la edad, y que a veces, la pasión y la ilusión pueden hacer que los sueños se hagan realidad.
El 'abuelo' del pelotón: Luis Ángel Maté, a los 40 años, revive la ilusión de un niño y se corona rey de la montaña en La Vuelta
Con 40 años y dándolo todo desde el primer día, Luis Ángel Maté, el veterano ciclista de Marbella, ha aprovechado su experiencia y sus ganas de seguir dándolo todo encima de la bicicleta para tratar de ser protagonista en su última participación en La Vuelta.
Profesional desde 2008, Maté ha sabido aprovechar las oportunidades que se presentan y por esta razón ha tenido la visión y la fuerza para ser uno de los protagonistas en las dos escapadas de las dos primeras etapas en línea de La Vuelta, con el premio este lunes de vestirse con el maillot de la montaña. Maillot que hace seis años lució durante dos semanas.
Esta temporada pondrá fin a su carrera profesional tras 16 años cumpliendo un sueño de niñez y de defender los colores de seis equipos. Será difícil que Maté pueda lucir este maillot muchos más días, y este mismo martes, en la llegada ya a un puerto de primera, tendrá un nuevo examen en su carrera como ciclista.
Pero él no pierde la esperanza, tal como señalaba a los micrófonos de Teledeporte al acabar la tercera etapa: De momento es una locura porque todavía no ha empezado la montaña de verdad y hay que ver cómo funcionan las piernas en esa montaña que es la que te da la victoria, pero como de ilusiones de vive y a los 40 años uno también tiene, por qué no.
Un objetivo cumplido y ahora a defenderlo
Añadiendo a La Vuelta que estoy muy contento. Es un maillot muy especial para mí, era un objetivo desde el principio de La Vuelta. Me ha costado mucho en las dos etapas después de largas cabalgadas y ahora espero defenderlo con todas mis fuerzas. Primer objetivo cumplido y ahora a defenderlo. Para mí es una obligación moral ir en fuga siempre y cuando las fuerzas acompañen.
En los últimos años, a medida que Maté ha ido acumulando años en las piernas, ha ido regulando sus fuerzas, tratando de adaptarse a un rol de 'padre', de consejero, de referente, tal como explicaba a MD el año pasado. En el Euskaltel-Euskadi estoy encantado. Estoy en una fase de mi carrera, en el ocaso por pura biología, y me dan lo que necesito, y para empezar me escuchan, que siempre es muy bonito, sobre todo los jóvenes, me escuchan, me respetan y puedo transmitirles parte de lo que me ha dado el ciclismo.
Un mensaje para los jóvenes
Un mensaje que trata de transmitir a los jóvenes es que tampoco es bueno obsesionarse con los números y la ciencia, decirles que hay que vivir más y fijarse menos en el éxito inmediato.
Desde su posición, a Maté le gusta viajar, hacer otro uso de la bici, ser un cicloturista más y también se ha dejado seducir por el ciclismo de gravel, participando en pruebas como la Migration Gravel Race de Kenia, carreras en las que sigue practicando ciclismo y disfrutando de la vida desde una perspectiva distinta y sobre una bicicleta, lejos del resultadismo que se ha instalado en la sociedad y en el deporte que tanto ama.
El ciclismo ha cambiado
El ciclismo se ha vuelto súper competitivo y ha llegado la tecnología y se ha convertido en un deporte muy diferente con el que yo empecé, explicaba en su día a MD. Al final, el ciclismo no deja de ser un reflejo de la sociedad. Hoy en día la sociedad da demasiada importancia a la victoria, solo cuenta ganar y el ciclismo se ha vuelto súper competitivo y ha llegado la tecnología y se ha convertido en un deporte muy diferente con el que yo empecé.
Maté cree que lo que es más peligroso es que los jóvenes se olviden del placer de pedalear por pedalear, y este nuevo tipo de ciclismo que es el gravel le permite volver a esos orígenes, a los orígenes de cuando él empezó a montar en bici.
Y por esta razón no ha dudado en hacerse una foto como un aficionado más con el líder de La Vuelta, el belga Wout Van Aert, después de acabar la tercera etapa.
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