El Madrid vive en otra dimensión
En el mundo del fútbol, el Real Madrid ha logrado algo histórico. Con una racha de 21 partidos invicto, el equipo blanco ha demostrado ser prácticamente imbatible. La confianza y la solidez defensiva han sido clave para esta incredible serie de victorias, que ha llevado al equipo a la cima de la Liga. La capacidad de superar obstáculos y de remontar resultados ha sido una de las características más destacadas de este equipo, que ha demostrado ser un verdadero líder. ¿Qué es lo que hace que el Madrid sea tan invencible? ¿Cuál es el secreto detrás de esta inolvidable racha? En las siguientes líneas, analizaremos los factores clave que han llevado al equipo a esta dimensión de éxito.
El Real Madrid: un equipo que puede hacer lo imposible y desconcierta hasta a los más cuerdos
Sin lugar a dudas, el Real Madrid vive en una dimensión paralela, donde las reglas del fútbol no parecen aplicar. Donde la lógica y la razón no tienen cabida. Donde lo imposible se vuelve posible.
Si forma parte de un plan del cual solo ellos conocen los pasos a seguir, no quedará otra que asumirlo: siempre les sale bien. Y si no, habrá que tratar de explicarlo, pero sinceramente, resulta complicado. Podría ser una cuestión de igualdad, de balanzas. En la primera parte juegan fatal y en la segunda genial. O quizás lo hagan para que la victoria luzca todavía más, para que la obra sea más asombrosa.
Pero lo cierto es que este Real Madrid desconcierta hasta a los más cuerdos y lo de anoche ante el Borussia Dortmund rozó otra vez la paranoia. Porque los de Ancelotti volvieron a demostrar que no saben del todo bien a dónde van. Ni a lo que juegan. Si lo hacen con tres centrales o con dos. Si lo hacen con cuatro centrocampistas o con tres. Si con Rodrygo o con Camavinga. Saben, eso sí, lo más importante en el fútbol de élite: que quieren ganar. Y, de momento, hacen de todo para conseguirlo y les funciona.
Viven en otra realidad paralela. Una en la que nunca nada es imposible. Y justo cuando parecía que el Borussia iba a destapar todas las verdades, el equipo activó la maquinaría y aquello echó a rodar. Ayudó también la mano amiga de un Sahin que, con el 0-2, intuyó que había caído en la trampa y por si acaso, por si esta vez el plan de la remontada no salía, introdujo a un defensa en lugar de Bynoe-Gittens, el mejor jugador del cuadro alemán junto a Guirassy y Malen. Justo lo que no hay que hacer nunca en estos casos.
Entonces Modric, de 39 años y 500 noches de Champions como esta, y los ya veteranos en este tipo de empresas (Vinicius, Rodrygo, Lucas, etc) le enseñaron al nuevo, a Mbappé, como se hace y, de paso, se llenaron el bolsillo de la autoestima hasta los topes antes del Clásico.
Más allá de la remontada en sí, lo que llama la atención es la capacidad del equipo para adaptarse a cualquier situación y salir airosos. El Real Madrid es un equipo que puede hacer lo imposible, y lo hace con una naturalidad que desconcierta a todos.
Queda ahora esperar y saber si para entonces el Madrid arregla sus problemas o decide fiarlo todo al Bernabéu. Visto lo visto, tampoco es tanta la locura. La próxima parada será el Clásico, y todo indica que este equipo está listo para cualquier cosa.
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