En el seno del Athletic Club, un nombre brilla con fuerza y orgullo: Iker Muniain. Con apenas 28 años, el delantero vasco ha logrado erigirse como un símbolo de esfuerzo y dedicación, llevando a sus hombros el peso de la historia y la tradición del club rojiblanco. Desde su debut en 2009, Muniain ha demostrado una voluntad de hierro para mejorar y superarse, convirtiéndose en un referente indiscutible para los aficionados del Athletic. Su trayectoria, llena de logros y éxitos, es un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de jugadores, y su compromiso con el club es un testimonio de amor a la camiseta que viste. En este reportaje, analizamos la figura de Muniain y su papel como heredero de la gloria del Athletic Club.
El légamo del 10: ¿Quién asumirá el símbolo de esfuerzo y dedicación en el Athletic?
Hubo traspaso de poderes con la capitanía del Athletic de Iker Muniain a Óscar De Marcos una vez que se confirmó la marcha del navarro y la continuidad del lateral. Pero, ¿qué pasará con el 10? No deja de ser una anécdota, aunque trascendente de cara al marketing. Es simbólico, eso sí, todos los clubes tienen sus dorsales fetiche. Y el 10 acostumbra a tener un valor especial en el fútbol.
Incluso antes de que cada jugador luciera su nombre y un número fijo en la espalda, el 10 era un dorsal codiciado. En la Liga se implantó en la temporada 95-96. De los clásicos del 1 al 11, el 10 es por el que menos futbolistas rojiblancos ha pasado en el presente siglo. Únicamente cuatro leones lo han lucido en partido oficial.
Aitor Larrazabal lo vistió desde la campaña 96-97 hasta la 00-01, cuando volvió al habitual 3 de los laterales zurdos. El de Loiu se lo cedió a un casi recién llegado como era Fran Yeste y suyo fue hasta que salió de Bilbao en 2010. Luego fue a la espalda de De Marcos, que en 2016 cambió para recoger el 18 de su buen amigo Gurpegi y así, de pasó, le dejó el 10 a un Muniain que tenía el 19.
La búsqueda del heredero
A lo largo de los ocho últimos ejercicios, el 10 del Athletic ha estado directamente vinculado con Iker Muniain. El aficionado zurigorri ha interiorizado ver a ese dorsal incrustado entre líneas y tirando amagos, tanto por el carril central como por la izquierda. Ahora cambiará de dueño con la salida del navarro. El 1 de julio dejó de pertenecer oficialmente a la plantilla bilbaína. Por el momento no ha decidido cuál será su destino.
¿Quién asumirá el legado del 10 de Iker? Es cuestión de que los leones vayan eligiendo antes de que arranque la competición. Normalmente los que más años llevan en el club escogen primero, aunque no suele ser habitual que cambien el que ya tienen. ¿Le apetecerá a Sancet abandonar el 8? ¿O a Nico Williams dejar el 11 tan característico de la banda izquierda? ¿Se lo enfundará Guruzeta? ¿Quizá vaya a parar a otro canterano como es Unai Gómez? ¿Y si es para un recién llegado como Djaló? Spoiler: en el Sporting Braga llevaba el 14. que también queda libre.
Lo dicho, lo del 10 no deja de ser más que una anécdota, pero una anécdota curiosa que la gente tiene ganas de conocer.
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