El golazo de Flick se produce en un segundo

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El golazo de Flick se produce en un segundo

En el mundo del fútbol, los segundos pueden ser clave para cambiar el curso de un partido. Y eso es exactamente lo que sucedió en el reciente encuentro entre Bayern de Múnich y Wolfsburgo, donde el jugador alemán Thomas Flick marcó un golazo que dejará con la boca abierta a cualquier aficionado. La jugada, que se produjo en apenas un segundo, demostró la habilidad y la rapidez de reflejos del delantero alemán, quien no dudó en aprovechar el error de la defensa rival para anotar el gol.

El Bayern Munich despliega su fuerza física y técnica para dejar al Barça en el banquillo

Cuando el Barça sufrió el mayor correctivo de su historia europea (14/8/20, en Lisboa), el poderoso Bayern, entrenado por Flick, arrolló (2-8) al enclenque equipo de Setién. Fue una derrota humillante y el culmen de la desidia de una plantilla entregada a la vida muelle y disipada. Aquel día el mejor fue, a mi entender, Leon Goretzka, un ejemplo de potencia y técnica. Y pensé, ¿será capaz el Barça algún día de unir a la depurada técnica de sus jugadores una fuerza física indiscutible?

Pues bien, creo que la mejor cualidad del Barça en Valencia, en la que se sustentó la victoria, fue la superioridad física que llevó al rival a un desgaste insoportable, hasta vaciarse. Sin orillar el mérito de los tres menores (Lamine, Cubarsí y Bernal) y teniendo en cuenta que el primer tiempo resultó un pequeño desastre, la progresiva resistencia al esfuerzo del segundo tiempo sostuvo el dominio y el resultado, algo que en las últimas temporadas fue el talón de Aquiles. Por lógica esa cualidad mejorará a medida que avance la competición.

Flick tuvo la valentía de presentar una alineación con muchos inexpertos porque, creemos, sabía que soportarían los retos del rival. Y acertó. Los datos fueron inequívocos: 64% de posesión, 6-18 en disparos a gol con 2-6 entre los tres palos y más faltas que su oponente (11-13).

Antes de llegar Flick, apunté desde esta tribuna que el Barça no volvería a la élite sin antes renunciar al 4-3-3 y si, por citar un ejemplo, Pedri no une a su técnica el portento físico que exhibió Goretzka en aquella noche lisboeta. Flick ha revalorizado con un click una asignatura olvidada. El entrenador alemán ha logrado que su equipo combine la depurada técnica de sus jugadores con una fuerza física que les permite imponerse en el campo.

La victoria del Barça en Valencia es un logro significativo que demuestra que el equipo ha aprendido de sus errores pasados y ha encontrado el equilibrio perfecto entre técnica y fuerza física. Ahora, el reto es mantener este nivel de rendimiento y no volver a caer en los errores del pasado.

Miguel Vega

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