El estudiante que llevó una falsa antorcha al campus universitario

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El estudiante que llevó una falsa antorcha al campus universitario

En un sorprendente incidente que ha generado conmoción en la comunidad académica, un estudiante de una prestigiosa universidad decidió llevar la broma demasiado lejos al llevar una falsa antorcha al campus universitario. La noticia ha causado un gran revuelo entre los estudiantes y profesores, quienes se preguntan qué motivó al joven a cometer tal acción ridícula. Según testigos, el estudiante se presentó en el campus con una antorcha que parecía auténtica, pero resultó ser una broma pesada que generó confusión y alarma entre los presentes. En las próximas líneas, profundizaremos en los detalles de este incidente inusual y exploraremos las posibles consecuencias que enfrentará el estudiante.

Estudiante de Sydney sacude el relevo de la antorcha en los Juegos Olímpicos de Melbourne

Cuando el estudiante de ciencias veterinarias Barry Larkin regresó al St. Johns College de la Universidad de Sydney, entre la multitud de compañeros que lo ovacionaron de pie antes de un examen por el acto que había hecho esa mañana, también estaba el director de la universidad, que lo felicitó.

Larkin se había adelantado a la entrega oficial de la antorcha y protagonizó el primer acto de protesta ciudadana en unos Juegos Olímpicos.

Una tradición nazi

Una tradición nazi

Varios estudiantes de la Universidad de Sydney llevaban semanas planeando qué podían hacer para mostrar su rechazo al relevo de la antorcha. Sintieron que el relevo estaba siendo tratado con demasiada reverencia considerando el dudoso pasado de la tradición.

La idea de la antorcha olímpica se remontaba a los Juegos organizados en Berlín en 1936, donde los líderes nazis querían proyectar la imagen del Tercer Reich como un estado moderno vinculando los Juegos modernos con los antiguos.

La creencia nazi de que la Grecia clásica era un precursor ario del Reich alemán moderno y el evento combinó perfectamente la interpretación forzada de la historia con la publicidad del poder alemán contemporáneo.

Un plan audaz

El plan era que uno de los estudiantes, vestido con pantalones cortos blancos y una camiseta blanca como los corredores del relevo, llevara una antorcha falsa hasta el alcalde antes del relevo oficial.

Sabían que los medios gráficos estarían preparados para inmortalizar el encuentro y la expectación sería máxima.

La antorcha falsa estaba hecha con la pata de una silla de madera pintada de color plata, encima de la cual había una lata de pudding de ciruelas y dentro, un par de calzoncillos de los estudiantes (algunas fuentes dicen que usados para rubricar la protesta) empapados de queroseno para que quemaran como si del mismo fuego de Olimpia proviniese.

El momento de la verdad

Treinta mil personas se alinearon en las calles de Sydney esperando a que llegara el campeón de cross Harry Dillon. Finalmente, a las 9:30 am, apareció el corredor, Barry Larkin, llevando la llama en alto, y todos comenzaron a vitorear.

Mientras la multitud avanzaba, una escolta policial rodeó al corredor para mantener el orden.

Alguien se extrañó de la indumentaria que llevaba el relevista: un hombre joven con pantalones grises, camisa blanca y corbata, y sudando mucho, se abrió paso, subió los escalones a saltos y entregó la antorcha al alcalde que esperaba y, amablemente la aceptó y se volvió para comenzar su discurso preparado.

En ese momento, el alcalde se dio cuenta de que algo no cuadraba. El mango de la antorcha estaba pegajoso porque la pintura plateada no se había secado.

La huida y la indignación

Miró a su alrededor en busca del corredor, pero el hombre ya había desaparecido, mezclándose con el público.

Aunque el alcalde se tomó la acción como la broma de unos estudiantes, la multitud no lo aceptó de buen grado. Llevaban un buen rato esperando apiñados para ver pasar de cerca la antorcha y les habían colado una de mentira.

Una turba de gente empezó a descontrolarse. El alcalde Hills pidió calma. Apareció un convoy policial que tuvo que despejar el camino para que pasara el auténtico portador de la llama, que apareció a las 9:40 hrs.

La antorcha falsa fue llevada al ayuntamiento y terminó en posesión de John Lawler, un hombre que había acompañado el relevo en un automóvil. Lo almacenó durante años debajo de su cama, hasta que finalmente y cuando alguien le preguntó donde estaba, dijo sin inmutarse que la había tirado ordenando la casa.

Por cierto, Barry Larkin acabó sus estudios y se convirtió en un exitoso cirujano veterinario.

Javier Santos

Hola, soy Javier, redactor de la página web El Alcoraz. En nuestro periódico independiente de actualidad sobre fútbol y deportes, nos dedicamos a ofrecer las últimas novedades con la más rigurosa objetividad. Mi pasión por el deporte y mi compromiso con la veracidad de la información me impulsan a brindar a nuestros lectores noticias frescas y relevantes. ¡Descubre con nosotros todo lo que necesitas saber sobre el apasionante mundo del deporte!

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