El barco español de ilusión vela con esplendor en el Sena
En el corazón de París, la capital francesa, el barco español de ilusión ha cautivado a la atención de miles de personas que se han acercado a las orillas del río Sena para disfrutar del espectáculo. Esta embarcación única, que combina arte y tecnología, ha sido diseñada para sorprender y deleitar a los espectadores con sus formas y colores cambiantes. Con su vela de ilusión, el barco se ha convertido en un icono flotante que refleja la creatividad y la innovación de España. La presencia de este barco en el Sena es un homenaje a la rica cultura y la historia de España, y un ejemplo más de la estrecha relación entre ambos países.
Desfile en barca: España destaca en la apertura de los Juegos Olímpicos
París diseñó un desfile muy diferente de lo habitual y la novedad también pilló por sorpresa a los más de 6.000 deportistas que pasearon en alguna de las 85 embarcaciones de varios tamaños que surcaron el Sena bajo una intensa lluvia fina que fue calando.
Y entre las 205 delegaciones apareció España, llenando más de medio ‘bateau-mouche’ y poniendo color a un día gris. Fue un desfile tan diferente que los deportistas, en vez de andar, se dejaron llevar al ritmo de las aguas del Sena, tan limpias que ya se permite nadar.
La novedad del formato sorprendió a todos, incluyendo a los abanderados Marcus Cooper y Tamara Echegoyen, cuyo protagonismo se diluyó en pro del equipo. Aparecieron camuflados en medio del centenar de deportistas que componían la delegación española, que destacaba por el rojo intenso de sus chaquetas.
Todo fluyó, pero el minuto de gloria televisiva en realidad fueron 22 segundos, el tiempo que tarda la velocista Jaël Bestué en cubrir los 200 metros. Un visto y no visto que contrasta con la aparición sorpresa de Rafa Nadal para hacer los últimos relevos de la llama olímpica.
Un formato innovador
Todo empezó en la zona de embarque ubicada entre los puentes Charles de Gaulle y Nelson Mandela, con más de 800 militares vigilando el perímetro de seguridad en las inmediaciones de la estación de Austerlitz. España compartió embarcación con Estonia por capricho del abecedario.
Por delante, seis kilómetros de recorrido fluvial con 15 puentes y con más de 3.000 artistas. Un formato de ceremonia que entregó el protagonismo a los deportistas y que les permitió la aparición más temprana de cualquier apertura. También ellos fueron los que más disfrutaron de la ceremonia, con un paseo en barca que fue mágico y les ofreció las mejores vistas.
La delegación española
La delegación española fue una de las más numerosas del desfile por el Sena, con más de 383 deportistas olímpicos. Entre ellos, destacó la presencia de Tamara Echegoyen, regatista gallega que protagonizó una odisea para poder llegar a tiempo a la ceremonia al tener que acudir desde Marsella, sede de todas las pruebas de vela.
Emociones y orgullo fueron las palabras que definieron la experiencia de Echegoyen, que a sus 40 años vivió uno de los momentos cumbre de su carrera deportiva. “Me resulta complicado describirlo con palabras”, expresó la gallega. “Para mí es un honor y un orgullo representar a nuestra delegación y poder disfrutar de los Juegos Olímpicos de una manera diferente”.
Cooper, por su parte, expresó su gran excitación al sentir que representaba a sus 383 compatriotas olímpicos. “Estaba tan emocionado que no dormí lo bien que debería”, añadió.
Una delegación que iniciará a partir de hoy el camino para superar las históricas 22 medallas de Barcelona’92.
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