Los penaltitos ya no se silban. excepto cuando son un golazo a favor de Vinicius
En un giro inesperado en el mundo del fútbol, se ha producido un cambio drástico en la forma en que se aplican las normas del juego. A partir de ahora, los penaltitos ya no se silban, según han anunciado los responsables del arbitraje. Sin embargo, hay una notable excepción: cuando son un golazo a favor de Vinicius. Esta decisión ha generado un gran revuelo en la comunidad futbolística, ya que se considera que se está otorgando un trato especial al jugador brasileño. ¿Qué motivó esta decisión? ¿Es justo dar un trato diferenciado a un jugador por su habilidad en el campo? En las próximas líneas, analizaremos las implicaciones de esta nueva norma y qué consecuencias puede tener en el desarrollo del juego.
Vinicius, el rey de los penaltis: conflicto entre habilidad y arbitraje
Todo lo que rodea a Vinicius parece ser un lío. También en lo que a penaltis se refiere. Como chutador de penaltis, pipa de la paz: alternará el turno con Mbappé. Y, de seguir por este camino, con 4 penaltis a favor en 5 partidos, tendrán muchas oportunidades de lucirse.
El lío gordo es detectar cuándo es penalti y cuándo no lo es, cuando el delantero brasileño cae dentro del área rival. En las dos últimas jornadas, dos penaltis a favor que no lo eran. Picaron los árbitros y el VAR. El piscinazo en el Bernabéu, ante el portero del Betis, es digno del mejor teatro del mundo. Sabe caerse en el momento justo para que parezca que el portero le arrolla.
En el segundo penalti de la pasada jornada, en campo de la Real Sociedad, la decisión es todavía más peliaguda. Hernández Hernández, desde la sala VOR, avisa a Martínez Munuera que Aramburu ha pisado a Vinicius, cuando el balón ya ha salido de su pie y la Real Sociedad ya ha recuperado el esférico. No tiene ni ton ni son, esta aplicación ‘sui generis’ del reglamento.
Y más cuando, a inicio de temporada, Luis Medina Cantalejo, el Presidente del Comité Técnico de Árbitros, contó que en la presente temporada se iban a pitar menos 'penaltitos', entendidos como contactos leves o de baja intensidad. ¿Acaso la intensidad se mide por los revolcones y gritos de dolor de Vinicius? ¿Depende del color de la camiseta?
El Barça de Hansi Flick lleva 15 puntos de 15 posibles, con un penalti a favor y uno en contra, y un nefasto arbitraje de Soto Grado. El Real Madrid lleva un 4 a 0 en penaltis. Los tres últimos goles de los de Carlo Ancelotti, en Liga, han llegado de pena máxima. Lo dicho: pena máxima.
Es evidente que el conflicto entre habilidad y arbitraje está en el centro de la tormenta. Vinicius es un artista en el campo, pero también es un maestro en la arte de caerse dentro del área rival. ¿Es justo que los árbitros fallen en su favor en situaciones dudosas? ¿O es solo una cuestión de habilidad y astucia por parte del delantero brasileño?
Solo el tiempo dirá si Vinicius seguirá siendo el rey de los penaltis, o si los árbitros encontrarán la forma de frenar su habilidad para caerse dentro del área rival. Una cosa es cierta: el drama y la confusión rodean a Vinicius y a los penaltis en la Liga española.
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