El Atlético demuestra su fuerza ofensiva y se impone con autoridad ante el Girona en un partido que termina 3-0

En un encuentro que se esperaba emocionante, el Atlético de Madrid demostró su fuerza ofensiva y se impuso con autoridad ante el Girona FC en un partido que terminó con un contundente 3-0. Desde el comienzo, los rojiblancos tomaron el control del partido y no lo dejaron escapar, mostrando una sólida defensa y una letal ofensiva que no dio tregua al equipo visitante. Con este triunfo, el Atlético afianza su posición en la tabla y sigue en la lucha por los primeros puestos.

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Atlético de Madrid se impone con autoridad ante el Girona en un partido que termina con dos golazos y dos errores de Gazzaniga

El Atlético de Madrid se llevó su primera victoria en la temporada 24/25 ante un buen Girona que pagó muy caro los dos puntos de inflexión en el que su siempre fiable arquero, Gazzaniga, se complicó la vida. Hasta ese momento que cambió el guion del choque, el equipo de Míchel tenía pinta de complicarle la vida al Atlético, pero dos obuses, uno de falta de Griezmann y otro de Marcos Llorente, fueron suficientes para que los locales se llevasen el botín.

En el caso del Atlético quedan cosas por mejorar, especialmente la adaptación del que será una pieza clave en la temporada, Julián Álvarez, con más voluntad que entendimiento con sus compañeros en este primer partido en el Metropolitano.

El partido

El partido

El Atlético de Madrid arrancó con un disparo cruzado de un Julián Álvarez que no se lo pensó para disparar, algo desviado. El Girona salió con su plan habitual, una presión alta, con una telaraña en el centro del campo en la que le costaba moverse a De Paul y Barrios para generar juego. Azpilicueta se adelantaba para ayudar, pero era todo demasiado previsible para un equipo catalán que además se desplegaba muy rápido en ataque, especialmente por la zona de un Tsygankov que ponía en apuros a Riquelme.

El cuadro catalán ha cambiado muchas caras pero sigue siendo un equipo con las ideas muy claras, peligroso, organizado, vertiginoso cuando sale en ataque. Puede que el resultado de las dos primeras jornadas reduzca un poco la ilusión, pero es un equipo con costuras de seriedad. A poco que los nuevos se adapten hablaremos de uno de los equipos a batir en LaLiga hasta que se vea de qué manera le pasa factura el esfuerzo de la Champions.

El equipo de Míchel se hacía dueño del partido a los 20 minutos. Un centro por la derecha ponía en apuros a un Oblak que tenía que salir de puños. Y acto seguido, Oriol Romeu disparaba desde la frontal, alto. En esta primera mediar hora era el Girona el que daba más sensación de peligro. Acumulaba acciones, otro cabezazo de Tsygankov que iba a las manos de Oblak.

Del Atlético había pocas noticias ofensivas en este punto del choque, si acaso un disparo de Barrios desde la frontal que se iba desviado. No había señales de que los de Simeone estuviesen en la sintonía que necesitaba el partido.

El cambio de inercia

Sólo en una situación anómala, de esas que se suelen dar en el fútbol, se podía cambiar la inercia del partido. Como sucedió. Un despeje larguísimo de Le Normand que botaba casi en el balcón del área, Gazzaniga medía mal y tocaba con la mano el balón fuera de la misma, cuando Julián Álvarez ya se relamía.

Martínez Munuera entendía que era amarilla para el meta del Girona, cuando tenía más pinta de roja. El hecho de que el delantero colchonero fuese pugnando con Blind salvaba al meta visitante. A resultas, una falta tan peligrosa, que Griezmann la embocaba en la red con un disparo fuerte al palo del portero. El chut atravesaba una nube de gente, hasta cuatro rojiblancos que se habían colocado en la barrera para dificultar la visión. Y si era poco, Arnau tocaba algo el balón y terminaba de despistar al arquero.

Es cierto que hasta ese momento, el francés no había entrado demasiado en juego pero es lo que tienen los genios. Como genial era, nada más comenzar la segunda parte, su pase en escorzo sin mirar hacia el carril derecho, donde Llorente corría como un mercancías hasta plantarse en el borde del área y lanzar un obús que doblaba las manos de un Gazzaniga que confirmaba que no era su noche.

Dos misiles que desvirtuaban todo lo bueno hecho por el Girona y le sumían en las dudas. En un punto del partido en el que Míchel buscaba soluciones con Portu, J. Solís y Miovski; y el Cholo trataba de resguardar lo logrado con Koke, Gallagher y Reinildo.

El Atlético daba un paso atrás, el Girona hacia delante. Blind lo intentaba desde fuera del área con un disparo que rozaba la escuadra. Luego era Miguel, con la misma fortuna.

Hasta el final, el Girona hizo recular al Atlético cerca de su portería pero no pudo evitar la derrota.

Javier Santos

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