- Un gol de genialidad de Kubo salva a la Real y le da tiempo para reaccionar
- Kubo, el héroe de la Real, salva el partido con un golazo en el minuto 82'
- Un partido sin brillo, pero con una acción individual deslumbrante
- Dos cambios en el equipo realista
- La propuesta opuesta de los dos equipos
- Zubimendi se hace enorme
- La Real toma el control del partido
- Más agresividad y librada
- Kubo lo arregla todo
- Alineaciones y estadísticas
Un gol de genialidad de Kubo salva a la Real y le da tiempo para reaccionar
En un partido que parecía sentenciado para la Real, el joven japonés Takashi Kubo protagonizó un momento de genialidad que cambió el curso del encuentro. Su gol, anotado en el minuto 85, no solo evitó la derrota de su equipo sino que también les dio un respiro para reaccionar y buscar la igualdad en el marcador. La jugada, que combinó habilidad, visión de juego y potencia, fue el punto de inflexión en un partido que estaba siendo dominado por el rival. Gracias a este gol, la Real puede ahora respirar tranquila y prepararse para el siguiente partido con la moral alta.
Kubo, el héroe de la Real, salva el partido con un golazo en el minuto 82'
La Real Sociedad todavía tiene a Take Kubo. Cabreado por ser suplente, pero genial, como desde que viste la camiseta txuri urdin. Un golazo del japonés en el minuto 82' otorgó a la Real un triunfo de platino en Cornellà ante el Espanyol, el primero de la temporada, y le da tiempo para crecer y apuntalar una plantilla que pide a gritos un delantero centro goleador.
Se han ido pilares que Imanol prefiere ya ni nombrar, pero la escuadra guipuzcoana sigue teniendo futbolistas de elite como Kubo y un inmenso Zubimendi. Es una bendición que no se hayan ido. Los realistas rezan para que no lo reconsideren desde ahora hasta el viernes.
Un partido sin brillo, pero con una acción individual deslumbrante
No fue un partido brillante, pero sí lo decidió una acción individual deslumbrante. Así es el fútbol. Lo escriben los jugadores, le dan lustre los cracks. A la Real le falta un mundo para ser solvente, para fluir, para integrar a los nuevos, para alcanzar un estado de forma óptimo que le permita desarrollar su juego asociativo de presión tras pérdida y duelos ganados.
Por eso esta victoria es un primer pilar de muchísimo valor. Da toneladas de tranquilidad.
Dos cambios en el equipo realista
No obstante, hubo que labrárselo del 1 hasta el 98. Se sabía que era cuestión de tiempo que un jugadorazo como Sergio Gómez fuese titular, pero lo que quizá no se esperaba es que el sacrificado fuese Take Kubo. La otra permuta con respecto al debut fue la esperada: un recuperado Zubimendi por Urko en la sala de máquinas.
La propuesta opuesta de los dos equipos
Desde el inicio, fue evidente que la propuesta de unos y otros era opuesta. El Espanyol, más fogoso y jaleado por una parroquia sedienta de fútbol de elite tras otro añito en el infierno, optó por el vértigo y quiso romper el partido con ataques rápidos, con sacudidas. Y no anduvo lejos de morder en el primer minuto -como sucedió contra el Rayo la semana anterior- toda vez que Traoré estuvo a punto de cometer penalti sobre el combativo Véliz y Puado chutó a la grada en buena posición.
La Real, por contra, buscó la pausa, llegar asociándose. Pero quizá le dio demasiada.
Zubimendi se hace enorme
Zubimendi sí lograba imponer su ley, pero Brais y Turrientes pasaban sin pena ni gloria hasta que comenzó a intervenir un Sergio Gómez algo 'segurola' y sin marchas altas, pero siempre talentoso. Oyarzabal rozó el gol en una presión al portero y el badalonés opositó al gol con dos misiles desde fuera del área, uno tras un doble quiebre y el segundo, de libre directo esquinado. En éste obligó al meta, Joan García, a lucirse.
La Real toma el control del partido
La Real ya era dueña del partido, movía el balón de lado, pero su mordiente ofensiva era igual a cero. El clásico partido y el escenario más propicio para que lo decida un 'killer', figura de la que claramente carece la Real y sólo tiene seis días para encontrarla.
Entre bostezos sobrevino un descanso que parecían pedir a gritos los descoyuntados jugadores.
Más agresividad y librada
Imanol debió tirar de repertorio gutural en el descanso, porque la Real saltó tras la pausa con otro talante, más agresiva, más profunda. Pacheco por fin encontró aliados por dentro y Brais remató fuera forzado tras un centro de Sergio.
Pero el central de Baztán pifió en un control y luego en la cesión a Remiro para dejar solos a Puado y Véliz ante el meta. El primero cedió hacia atrás, el segundo falló en el descabello y Aritz terminó sacando bajo palos el remate tímido de Jofre. Libradón.
Kubo lo arregla todo
La Real estaba a años luz de tener controlado un partido ya desbocado y quizá por ello Imanol se decidió por hacer un triple cambio: Kubo, Olasagasti y Sadiq, a la palestra. Sergio Gómez comenzó a jugar por dentro, pero, lejos de cambiar el panorama, éste se empezó a inclinar del lado local.
Se estaba envenenando el partido, hasta que irrumpió Tafefusa Kubo. Kubo lo arregla todo. Antes, Becker había regalado un balón de oro a un Sadiq que estuvo lejos de llegar a él. Y llegó ese momento mágico, la obra de arte de Kubo.
Traoré le cedió el balón y siguió corriendo, sabiendo que era el nipón el que tenía que resolver. Y, vaya sí lo hizo. Sacó la espada de Samurai, tiró el caño a Oliván para colarse entre dos zagueros y ejecutar por la escuadra al palo largo. Lo celebró cabreado, impidiendo que le abrazaran, poniéndose las manos en las orejas. Eufórico, pero iracundo por ser suplente.
El Espanyol apretó, como era de esperar, y la Real se pertrechó y defendió a la heroica, con un Aritz Elustondo que ni podía apoyar su maltrecho tobillo. Hummels está más cerca. Joan García remató el último córner, pero atajó Remiro. Final feliz.
Alineaciones y estadísticas
Espanyol: Joan García; Omar (Tejero, min.87), Kumbulla, Cabrera (Aguado, min.83), Romero; Jofre, Gragera (Antonio, min.83), Kral, Cardona (Oliván, min.69); Véliz y Puado.
Real Sociedad: Remiro; Traoré (Aramburu, min.84), Aritz, Pacheco, Javi López; Zubimendi, Turrientes (Olasagasti, min.66), Brais (Kubo, min.66); Sergio Gómez, Oyarzabal (Sadiq, min.66), Becker (Marín, min.85).
Goles: 0-1: Kubo (min.80)
Árbitro: Melero López. Amonestó a Turrientes (min.50), Jofre (min.52).
Espectadores: 20.900 en el RCD Espanyol Stadium.
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