El golazo que cambió la historia del fútbol

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El golazo que cambió la historia del fútbol

En el mundial de fútbol de 1950, un partido que se jugaría en el Estadio de Maracaná de Río de Janeiro, Brasil, se convertiría en uno de los más recordados de la historia del fútbol. Fue en ese encuentro cuando Uruguay, con un equipo plagado de talentos, logró la hazaña de derrotar a la selección brasileña, considerada la favorita para ganar el título. El golazo anotado por Alcides Ghiggia, en el minuto 79 del partido, sería el que daría la vuelta al marcador y cambiaría la historia del fútbol para siempre.

El golazo que cambió la historia: Olga Carmona y la selección femenina española conquistan el Mundial

Se cumple un año de uno de los mayores hitos del deporte español: la selección femenina de fútbol conquistaba el oro en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda tras una épica final contra Inglaterra. El icónico gol de Olga Carmona en el minuto 29 quedará para siempre en nuestra retina, como el de Andrés Iniesta en el Mundial masculino de Sudáfrica. Fue el zurdazo de nuestras vidas, el gol que abría para el fútbol femenino español la puerta hacia la eternidad y marcaba el inicio de una nueva era.

Fue el Mundial de Olga pero también el de Aitana Bonmatí, MVP del torneo con tres goles, dos asistencias y más pases que nadie y que acabó derivando en el Balón de Oro, de Alexia Putellas por su liderazgo, de Irene Paredes por su clase, de Athenea del Castillo por su carácter y de Cata Coll, la portera que no esperaba ni estar convocada y se ganó la titularidad a pulso, por su carisma.

Un torneo impecable

Un torneo impecable

España hizo un torneo impecable y mostró al mundo su talento. Nunca renunció a su juego ante las mayores potencias del mundo y enamoró con su estilo de toque y posesión, con el único 'pero' de la severa derrota ante Japón por 4-0 en el único partido intrascendente que sirvió de toque de atención para aprender de los errores y hacerse más fuerte. La Roja presentó números de campeona: fue la máxima anotadora con 18 goles y dominó en pases, centros y tiros a puerta para completar un Mundial mayúsculo.

Cifras de récord

La Roja nunca renunció a su juego ante las mayores potencias del mundo. El mérito no estuvo solo en el ganar sino en el cómo se superó una ardua carrera de obstáculos. Se venía de una grave crisis a raíz del conflicto de 'Las 15', en que las jugadoras pedían mejoras y reconocimiento a la Federación Española, pero supieron abstraerse de las polémicas para centrarse solo en ganar.

En un clima turbio y enrarecido, hubo una especia de conjura para dejar apartada la mayor crisis de la historia en el fútbol femenino con un grupo más unido que nunca y que conformó una auténtica piña. Se llegó a Australia sin hacer demasiado ruido y se acabó sacando a un país a la calle. Nueve millones de personas siguieron la final de Sídney por televisión en nuestro país con un 65,7% de cuota de pantalla. Cifras de récord. Lo nunca visto.

Impacto mediático

De hecho, el impacto del Mundial en general superó las expectativas: “Dos millones de personas han acudido a los estadios, con llenos absolutos, y 2.000 millones de telespectadores han disfrutado de los partidos”, anunciaba el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, al acabar el evento. “El fútbol femenino es un espectáculo que cautiva a la gente”, sentenciaba.

Más allá de la gesta deportiva, el título mundial tuvo un impacto abrumador en la sociedad. El beso no consentido que el expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, le plantó a Jenni Hermoso en los labios mientras las jugadoras recibían la medalla de campeonas pasó de ser un incidente bochornoso a una cuestión mucho mayor. No me ha gustado, confesaba la futbolista a través de Instagram. El título quedó eclipsado por un tsunami aún mayor.

Nació el hashtag #SeAcabó en redes sociales, impulsado por Alexia Putellas bajo el asesoramiento del sindicato FUTPRO (con su presidenta Amanda Gutiérrez al frente) para apoyar a su compañera, que generó miles y miles de adhesiones, y el mundo entero aprendió que sólo sí es sí. La selección se convirtió en la mejor abanderada de la igualdad, la diversidad y el respeto.

Un año después

Un año después, las protagonistas miran atrás con el convencimiento de que se hizo algo grande, muy grande. El Mundial nos dio una etiqueta y un reconocimiento que hace que ahora el resto de equipos se fijen en nosotras, explicaba la actual seleccionadora y entonces 'segunda' de Jorge Vilda, Montse Tomé, en una reciente entrevista con la FIFA.

La capitana Irene Paredes, una de las protagonistas de la conquista del Mundial y veterana con la Roja, explicaba por su parte que han pasado de luchar por clasificarse para un torneo grande a ganarlo. Un panorama que no hace mucho era poco menos que un sueño. Es señal de que se están haciendo las cosas bien. Yo siempre digo que cuando llegamos nosotras a la Absoluta estábamos muy verdes, sin estar preparadas y necesitábamos bastante tiempo de adaptación a un ritmo que en aquel entonces, encima, era muchísimo menor. Ahora la gente que sube está totalmente capacitada, nadie les regala nada y están capacitadas para sumar.

Un legado que cambiará el fútbol femenino

La capitana es consciente de que, más allá de su papel para sumar títulos, forma parte de una generación que está revolucionando el fútbol femenino tanto a nivel de enganchar a la afición como de haber conseguido que las niñas aspiren a ser futbolistas. La sociedad está cambiando y sí tenemos esa responsabilidad de, al margen de jugar al fútbol, abrir puertas y facilitar las cosas para futuras generaciones. Siempre decimos que nos gustaría estar solamente pendientes de jugar al fútbol y dejar otras luchas y peleas de lado, pero nos ha tocado y si podemos abrir camino para futuras generaciones y lo tengan más fácil… pues mejor, relata la defensa azulgrana en declaraciones para la FIFA.

Un reciente informe de Adecco sostiene que las niñas aspiran a ser, en un 18,4%, profesoras seguidas por un 13,4% que desean ser futbolistas. ¿Se imaginan hace apenas diez años que una niña quisiera ser de mayor futbolista? Ahora es la segunda profesión que mencionan. Las figuras de Alexia, de Jenni o de Aitana se reflejan en los espejos de las niñas del futuro. Esa ha sido la mayor herencia del Mundial, un título que no solo movió los cimientos del fútbol sino de toda la sociedad.

Elena Martín

Soy Elena, redactora jefe con amplia experiencia en el mundo del periodismo deportivo. En El Alcoraz, un periódico independiente de actualidad sobre fútbol y deportes, lidero un equipo comprometido con la rigurosidad y la objetividad en cada noticia que compartimos. Apasionada por el deporte, me dedico a ofrecer a nuestros lectores las últimas novedades con un enfoque profesional y veraz. En El Alcoraz nos esforzamos por mantenernos siempre a la vanguardia de la información deportiva, proporcionando un contenido de calidad y confiable a nuestra audiencia.

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