En un emotivo adiós, Endrick se despidió del Allianz Stadion, el estadio que le vio crecer como jugador y donde forjó su talento. La emoción fue palpable en el joven futbolista brasileño, quien no pudo contener las lágrimas en los ojos al dejar atrás el escenario donde había vivido momentos inolvidables. La razón de esta partida emotiva es su traspaso al Bernabéu, el mítico estadio del Real Madrid, donde comenzará una nueva etapa en su carrera. Esto es una locura, fueron las palabras del propio Endrick para describir su paso a uno de los clubes más importantes del mundo.
Endrick dice adiós al Allianz Stadion con lágrimas de emoción y sueños
El brasileño Endrick vivió un día inolvidable en su presentación como nuevo jugador del Real Madrid. A diferencia de la gran expectación generada por la llegada de Kylian Mbappé, Endrick también tuvo un gran primer día en el club blanco.
La jornada festiva se desarrolló en el Santiago Bernabéu, donde el club recibió a cientos de niños y niñas para dar la bienvenida al nuevo crack brasileño. Desde primera hora de la mañana, los aficionados se reunieron en la Clínica Sanitas de La Moraleja para saludar a Endrick, quien sintió el aliento de la afición ya en el estadio.
Un debut emocionante
El momento más emocionante de la presentación de Endrick fue cuando el brasileño apareció por el túnel de vestuarios y se dirigió al escenario ubicado en el fondo norte del estadio. Allí, le esperaban Florentino Pérez, presidente del club, y 'Pirri', Presidente de Honor del club, junto a las 15 Copas de Europa.
Endrick pronunció sus primeras palabras como madridista, asegurando que estaba viviendo un sueño. Lo hizo entre sinceras lágrimas de emoción, al igual que su familia, que estuvo presente en el estadio. La emoción era palpable en el ambiente.
Un guiño a sus inicios
Endrick también reveló su nuevo dorsal con el Real Madrid: el número '16'. Un claro guiño a sus inicios en el Palmeiras, donde también lo vistió.
La vuelta de honor
Para terminar su presentación, Endrick hizo la tradicional vuelta de honor al estadio, lanzando balones a los más de 40.000 aficionados que poblaron el estadio, repartidos por toda la grada. Fue un momento único que selló la conexión entre el brasileño y la afición madridista.
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