El valor de dar un buen comienzo: por qué ganar en el principio puede ser clave para el éxito
En el camino hacia el éxito, existe un factor clave que a menudo se pasa por alto: el comienzo. Dar un buen comienzo puede ser la diferencia entre alcanzar metas y fracasar estrepitosamente. Es en este momento inicial cuando se establecen las bases para el resto del camino, y es aquí donde se puede encontrar la oportunidad de ganar ventaja y establecer un ritmo que permita mantener el impulso y la motivación. En este artículo, exploraremos el valor de dar un buen comienzo y por qué es fundamental para alcanzar el éxito en cualquier área de la vida.
Un buen comienzo: La Roja vence a Uzbekistán en un partido emocionante y apurado
En torneos cortos como los Juegos Olímpicos, muchas veces es básico empezar ganando. Más allá de jugar bien, de convencer a base de fútbol o de arrollar al rival, los técnicos firman lograr un triunfo que atempere los nervios y ponga la primera piedra de un camino que, a partir de esa base, sea más tranquilo.
Esto es lo que sucedió este miércoles en París, donde la Roja de Santi Denia doblega con más apuros que brillantez a Uzbekistán, que durante algunas fases del encuentro puso el corazón en un puño a la olímpica española.
España, además, y para aquellos que prefieren ver el vaso siempre medio lleno antes que medio vacío, fue de menos a más. Y tras un primer tiempo que dejó algunas dudas y una imagen lejos de la que muchos esperaban, mejoró tras el descanso y refrendó las esperanzas de quienes la colocamos en el ramillete de favoritos a medalla, sino al título.
Eso sí, acabó pidiendo la hora ante un rival volcado y con una última revisión de VAR que quedó, por suerte, en nada.
Habría que creer que la presión del debut, la importancia de la cita y quién sabe si algo de cansancio en unas piernas cargadas de entrenamientos jugaron en contra de los intereses de los olímpicos españoles.
La virtud de Sergio Gómez
Lo cierto es que España mostró, junto a algunas carencias, indudables virtudes. Como la que personificó Sergio Gómez, el flamante fichaje de la Real Sociedad, capaz de sobreponerse al error en el lanzamiento de una pena máxima para, sin apenas solución de continuidad, culminar una buena acción colectiva de ataque para rematar el 2-1.
El ‘ex’ del City, por cierto, ya había servido el balón que sirvió para inaugurar el marcador, al lanzar una falta que peinó Abel Ruiz antes de que Marc Pubill lo mandara a dormir al fondo de las mallas uzbekas.
Los primeros tres puntos del torneo están ya en el casillero de España. Ahora toca reposar, recuperar, reflexionar. Corregir errores, que los hubo; resaltar virtudes, que también las hubo. Y esperar que el sábado, en el segundo envite olímpico ante la República Dominicana, la España olímpica de Santi Denia ofrezca una imagen mucho más convincente. Y por supuesto, que vuelva a ganar. Porque este es el camino que lleva al éxito. Sobre todo en torneos tan cortos como unos Juegos.
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