Un joven afgano deja atrás la guerra para perseguir sus sueños de break dance en París
En un mundo donde la guerra y la violencia parecen ser la norma, surge una historia de esperanza y perseverancia. Ahmad Joya, un joven afgano de 20 años, ha decidido dejar atrás la guerra y la destrucción que azotan su país natal para perseguir su pasión por el break dance. Con una determinación inquebrantable, Joya se ha trasladado a la ciudad del amor y la luz, París, para convertirse en uno de los mejores bailarines de break dance del mundo. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo la determinación y la pasión pueden llevar a alguien a superar cualquier obstáculo y alcanzar sus sueños más ambiciosos.
De la guerra a la pista: un joven afgano persigue sus sueños de break dance en París
Nadie pronuncia nunca la palabra 'Break dance' en el Afganistán de los talibanes. Está prohibida la música, la ropa y hasta pensar en moverse a ritmo de hip-hop. Respirar y anhelar escuchar una música occidental puede comportar un severo castigo. Y más si eres mujer. Por eso, si se puede, se huye.
De noche, cruzando montañas y con un destino todavía más incierto del que se deja atrás. Con un peso atado al corazón se dice adiós a familiares y amigos buscando la libertad. Manizha Talash (Afganistán, 2003), que siente la música y la libertad de igual forma, competirá bajo bandera olímpica en break dance (nuevo deporte olímpico) porque no puede hacerlo por la de Afganistán.
La huida
A mediados de agosto de 2021, los talibanes recuperaron el poder en Afganistán. Habían dirigido el país unos años antes imponiendo su visión radical del islamismo pisando las libertades más básicas. Para muchos afganos, volver a vivir bajo el yugo de los radicales islamistas no era viable.
Ya antes del restablecimiento del régimen sufrieron amenazas e incluso intentos de atentado en el gimnasio donde entrenaban por parte de presuntos terroristas suicidas. Una de las razones fue que practicaban con una mujer. Manizha Talash se había enamorado tanto del hip hop que acudió al gimnasio (fundado solamente seis meses antes de la llegada de los talibanes) donde se formó el grupo Superiors Crew.
Las restricciones de libertades fueron impuestas por la fuerza y muchos no estaban dispuestos a vivir con miedo. Los miembros de Superiors Crew organizaron una huida, ya que sentían que sus vidas estaban amenazadas. A la cabeza del grupo, Sajad Temuriam, instructor de hip hop y gestor cultural. Tiró de contactos para buscar ayuda y conseguir llegar a Pakistán.
Huesca: un destino tranquilo
Un centenar de personas refugiadas se establecieron en España. Repartidos en varias ciudades, a Manizha Talash, Sajad (conocido artísticamente como Makhloot) y también Naser Habibi, uno de los 'hiphoppers' más veteranos de Afganistán (que formó parte del equipo nacional de gimnasia y todo un referente) les 'tocó' Huesca.
Manizha llegó con un hermano, pero tuvo que dejar a otro y a su madre allí. Su amigo Tamim Saberi, instructor en ese mismo gimnasio, tuvo que esperar varios meses escondido en el país porque su madre estaba enferma y no podía viajar.
Al llegar a Huesca empezaron a entrenar en algunos parques, aunque al conocer su historia, la escuela 'Bailalé' decidió cederles sus instalaciones de forma gratuita para que siguieran practicando: Estamos muy contentos de haber encontrado un lugar seguro donde nos sentimos libres.
Lo duro de abrir camino
En Afganistán, las mujeres lo tienen aún más difícil al tener estrictamente prohibido hacer deporte con hombres. Algunas jóvenes se han atrevido a desafiar estas estrictas normas sociales. Manizha explica que Me siento más fuerte físicamente que antes y me divierto, es lo que necesito y asegura que continuaré practicando este deporte pese a los problemas y obstáculos que se presentan.
Y añade que Debe haber alguien que luche y avance en una profesión para abrir así el camino a otras chicas que están interesadas en el breaking. Mi mensaje para esas chicas que temen la situación y las amenazas es que avancen sin miedo, se unan a los deportes y hagan las cosas que les gusta hacer.
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