Brasil sigue sin encontrar su camino y prolonga su crisis política y económica
La situación política y económica en Brasil no da señales de mejoría, y la incertidumbre sigue siendo la nota dominante en el país sudamericano. Desde hace varios años, Brasil se debate en una profunda crisis que ha afectado a todos los sectores de la sociedad, desde la economía hasta la confianza en las instituciones políticas. A pesar de los esfuerzos del gobierno para impulsar reformas estructurales, la inestabilidad política y la desconfianza en los líderes siguen siendo obstáculos insuperables para el país. En este contexto, la economía brasileña no logra salir del estancamiento, y la población sigue sufriendo las consecuencias de una crisis que parece no tener fin.
Brasil sin rumbo: la 'Canarinha' prolonga crisis política y económica con derrota en la Copa América
La selección brasileña de fútbol aterrizó en la Copa América con energías renovadas de la mano de Dorival Junior y con Vinicius y Rodrygo, los líderes de la nueva generación, llamados a recoger el testigo de Neymar, ausente por su grave lesión de rodilla. Sin embargo, dos semanas después, las ilusiones y esperanzas se han transformado de nuevo en decepción y frustración.
La 'canarinha', víctima de sus propias urgencias, sigue sin encontrar el rumbo que le devuelva a lo más alto y afronta su enésima crisis desde la consecución de último gran campeonato, la Copa América de 2019. La eliminación en los cuartos de final de la presente edición a manos de Uruguay en la tanda de penaltis devuelve a Brasil a su cruda realidad y reaviva viejos fantasmas.
La crisis actual
La crisis actual no es ni remotamente parecida al drama del 'Mineirazo' contra Alemania en las semifinales del Mundial de 2014, con aquel histórico 1-7 en Belo Horizone, la derrota que volvió a traumatizar a un país entero 64 años después del 'Maracanazo'. Sin embargo, aquella generación se repuso y maquilló la afrenta con las conquistas de la medalla de oro en los Juegos de Río 2016 y con la citada Copa América de 2019.
La herida mundialista, en todo caso, seguirá abierta hasta que Brasil no vuelva a levantar una Copa del Mundo, algo que se le resiste desde 2002. La depresión que atraviesa Brasil en 2024 guarda síntomas muy diferentes a la de hace 10 años. La pentacampeona ha perdido calidad individual, jerarquía y cuajo competitivo en cantidades industriales.
La falta de jerarquía
Las comparaciones con otras generaciones no tan lejanas en el tiempo son tan odiosas como inevitables. La plantilla actual carece del rango que se le presupone a la selección más exitosa de la historia del fútbol. La nómina de centrocampistas, delanteros y laterales, demarcaciones en las que Brasil ha sido una potencia exportadora, así lo atestigua.
Los Casemiro, Neymar (estos dos aún en activo, pero ausentes en esta Copa América), Thiago Silva, Marcelo, Dani Alves, Fernandinho, Filipe Luis, Gabriel Jesus, Firmino. han dado paso a un conjunto que mezcla futbolistas de alto voltaje (Militao, Marquinhos o Vinicius) con otros jugadores de altas expectativas que no han cumplido, caso de los Rodrygo, Raphinha, Paquetá, Guimaraes, Joao Gomes o Danilo, el capitán de la actual Brasil.
La sombra de Neymar
La sombra de Neymar sigue siendo muy alargada para Vinicius, Rodrygo y Raphinha, jugadores desequilibrantes y con mucha capacidad individual pero, por el momento, incapaces de lograr que el juego de la canarinha orbite sobre ellos. Endrick, llamado a ser el próximo líder de Brasil junto a Estevao, está todavía muy verde como quedó probado contra Uruguay.
La búsqueda de un entrenador
Dorival Junior, tercer seleccionador en año y medio tras los pasos fugaces de Menezes y Diniz después del adiós de Tite en Qatar, no parece el entrenador idóneo para sacar a Brasil del atolladero. La CBF presidida por Ednaldo Rodrigues apostó a tumba abierta por Carlo Ancelotti de cara al Mundial de 2026 confiando en que no seguiría al frente del Madrid.
Rodrigues no disimuló lo más mínimo durante semanas y llegó a afirmar que el italiano, con el que llegó a un preacuerdo, sería el próximo técnico de Brasil. Sin embargo, la renovación de Ancelotti con el Madrid hasta 2026 echó por tierra el plan A de la CBF, obligada a dar un volantazo inesperado y recurrir a Dorival Junior.
El veterano entrenador no conoce la derrota con la canarinha (3 victorias y 5 empates) pero la pobre imagen ofrecida en la Copa América (solo un triunfo, contra Paraguay) ha encendido las alarmas y ha abierto un encendido debate sobre si es el entrenador ideal para conducir a Brasil hacia el Mundial de 2026. La pentacampeona sigue en crisis y no se atisba el final.
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