Los Celtics conmemoran su título con aplastante victoria sobre los Knicks y marca de triples histórica

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Los Celtics conmemoran su título con aplastante victoria sobre los Knicks y marca de triples histórica

La noche del 17 de junio será recordada por siempre en la historia de los Celtics de Boston. Tras conquistar su 18º título de la NBA, el equipo de Massachusetts celebró de la mejor manera posible su título con una aplastante victoria sobre los New York Knicks por un abultado marcador de 134-97. Pero lo que realmente dejó con la boca abierta a los aficionados presentes en el TD Garden fue la marca de triples histórica establecida por el equipo, que anotó un total de 27 triples en el encuentro, batiendo así el récord de triples en un partido de la temporada regular.

Los Celtics defienden su título con un triunfo convincente y un show de triples

Una atronadora declaración de campeón abriéndose paso en un verde estimulado por un diluvio de triples para levantar el telón de la temporada NBA 24-25. En la noche en la que el colosal TD Garden vivió la solemne ceremonia de entrega de anillos 16 años después, los Boston Celtics, de todo menos para fiestas, se pusieron serios para atormentar a los reforzados New York Knicks con un 132-109 y el récord histórico de triples en un partido con 29, empatando la marca de los Milwaukee Bucks en 2020.

En la única nota discordante de una velada que había ido como la seda, una anécdota que quedará grabada, el conjunto de Joe Mazzulla falló nada menos que 13 triples seguidos en los 9 últimos minutos, quedándose con las ganas de alcanzar los 30. Respetando ese código de honor no escrito, Boston decidió no jugar la última posesión ante la desaprobación de un Garden que clamaba por la traca final de la plusmarca absoluta.

Jayson Tatum, el pregonero de la fiesta

Jayson Tatum, el pregonero de la fiesta

“¡Vamos a hacerlo otra vez!”, gritó a los cuatro vientos el ‘0’ tras verse con su primer anillo enfundado. Tatum, ese campeón herido en su orgullo por la desaire del Team USA en los Juegos Olímpicos por sus pocos minutos, fue la voz de la desafiante rebeldía de estos Celtics con 37 puntos y 10 asistencias, disparando un demoledor 8/11 en triples para desarticular cualquier argumento de sus críticos, que le achacan falta de eficacia en los lanzamientos.

Tras él, Derrick White con 24 puntos, Jaylen Brown con 23, Jrue Holiday con 18 y A Horford con 11. Brown es otro que arde por demostrar tras no ser convocado para París.

Los Knicks no pudieron con los Celtics

Los Knicks, que ya perdían 74-55 al descanso pudieron ver salvado su honor con los 22 tantos de Jalen Brunson y los 22 también de Miles McBride, mientras las flamantes incorporaciones Mikal Bridges y Karl-Anthony Towns debutaron con 16 y 12.

Boston sacó músculo con un sopapo a uno de los aspirantes a destronarle en el Este. También es más fácil lucir músculo en la pista cuando las finanzas están fuertes, retando los Celtics a las cada vez más duras reglas económicas la NBA para desafiar la maldición del campeón, por lo que nadie ha repetido título desde que los Warriors fueran campeones en 2017 y 2018 y ningún vigente campeón ha pasado de las Semifinales de Conferencia en la presente década.

La rebeldía de los Celtics

La rebeldía de estos Celtics también se plasma con claridad en un sistema anti-sistema a su manera, con ese estilo de juego coral y al unísono expresado a través de un incesante movimiento con y sin balón que hasta trasciende a las estrellas, sin tener Boston la clásica dependencia de estrella de otros campeones.

Una mecánica verde inspirada en la filosofía de Pep Guardiola que todavía no estará a toda máquina hasta por lo menos diciembre, cuando podría volver Kristaps Porzingis, el que lleva el juego de estos Celtics a un nivel todavía superior. Tal sinfonía sin el letón es el mejor indicativo de lo sólido de un sistema sin grietas blindado por la intransigente exigencia de Joe Mazzulla, ese que besó el parqué del Garden pero ese tipo también que se autolesionó el año pasado castigándose a sí mismo tras dos derrotas seguidas ante los Hawks, acabando con una seria lesión de menisco.

Joe Mazzulla, el técnico que no tiene miedo

Como si le dieran cuerda para hablar como si fuera un robot y un rostro estático que nunca sonríe, Mazzulla va a repetirle a sus muchachos hasta la saciedad que lo que funcionó el año pasado no tiene por qué funcionar en el presente. Aunque, siempre hay espacio para el humor con esa tan forma tan particular del joven técnico de 36 años de soltar disparates, sin inmutarse.

“No tienen un arma. No van a venir detrás de mí, son sólo palabras. Vamos a ganar o no, en 40 años ninguno de vosotros estará invitado a mi funeral y eso es todo”, dijo el técnico antes del partido. “Vamos a estar muertos pronto y no ya no importa, así que hay 0 presión”, dijo también Mazzulla, quien ofreció también sus particulares pensamientos sobre el anillo y el banner.

El 18o banner, el que confirma a los de Massachusetts como franquicia con más campeonatos de nuevo con 18 por delante de los 17 de los Lakers, ya descansa en el cielo de Boston. Con ese para algunos cuestionable título de “campeones del mundo” con el que discrepa Panathinaikos por voz de Ergin Ataman y Kostas Sloukas. Los Celtics no se irán al otro infierno verde, el OAKA, a jugarse el título de campeón del mundo como pretende el campeón de la Euroliga. El título ya lo acreditan en la cancha. Simplemente, da gusto verles jugar.

Daniel Álvarez

Soy Daniel, autor en El Alcoraz, un periódico independiente de actualidad sobre fútbol y deportes. Mi pasión por el deporte me impulsa a compartir las últimas novedades con rigurosa objetividad. En cada artículo, busco informar a los lectores de manera clara y precisa, ofreciendo un análisis profundo y apasionado. ¡Acompáñame en este apasionante viaje por el mundo del deporte!

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