Tres reglas Trump que dominaron la Asamblea
En un vuelco inesperado de los eventos, la Asamblea se vio dominada por tres reglas impuestas por el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Estas reglas, que fueron objeto de controversia durante su mandato, demostraron ser fundamentales en la toma de decisiones de los legisladores. La primera regla, conocida como la regla de 50-30-20, establecía una serie de límites presupuestarios estrictos para los programas de gasto público. La segunda regla, la de america first, priorizaba los intereses nacionales por encima de los internacionales. Por último, la tercera regla, la de devolución de poder, buscaba limitar la influencia de los organismos internacionales en la política interna de los EE.UU. Estas tres reglas, que fueron objeto de debate y críticas durante años, demostraron ser clave en la toma de decisiones de la Asamblea.
Trump y sus reglas de oro: ataque, niega y se declara ganador
Cuando Donald Trump era un ambicioso don nadie, un hijo de papá, un personaje sumido en un mar de deudas familiares y líos judiciales, tuvo la suerte de cruzarse con un abogado sin escrúpulos, Roy Cohn. El letrado de Manhattan, que era un Villarejo a la americana, que tenía a todo el mundo extorsionado gracias a miles de grabaciones secretas, le solucionó la vida a Trump.
Más allá de chantajear a fiscales, alcaldes y empresarios, en un momento determinado Cohn le dio tres consejos que se han convertido en la filosofía política de Trump. La primera regla fue: “ataca, ataca y ataca”. La segunda regla fue: “niégalo siempre todo”. Y la tercera regla fue: “pase lo que pase, tú declárate ganador”.
El buen aprendiz, aún hoy, se aplica esos consejos y está a pocas semanas de tener muchas opciones de volver a ser reelegido presidente de los Estados Unidos.
La lección de Cohn en acción
El Barça lo preside otro abogado que ya había gobernado, que las urnas lo dejaron en casa, que ahora vuelve a mandar y que casualmente utiliza una versión muy similar de las reglas de Cohn.
En la Asamblea, atacó como nadie. Ataque contra “quienes de forma recurrente sacan el caso Negreira cada vez que vamos bien”. Ataque contra la oposición por sus “vaticinios apocalípticos y catastrofistas, que lo único que hacen es no decir la verdad”. Ataque contra la prensa porque “venden más si crean polémicas”.
Se niega haber empeorado los números, se niega haber aumentado la deuda y se reniega de las salvedades del auditor. Y, finalmente, se proclama ganador: “Hemos curado una herida que sangraba desde 2017”, “estamos mucho mejor que en 2021”, “las palancas dieron tracción para ganar una Liga”.
De manual. ¿Verdad o no? Qué más da. Ya no importa haber llegado como Kennedy y haber terminado con las reglas de Trump.
La aplicación de estas reglas ha llevado a Trump a una posible reelección y al presidente del Barça a una nueva oportunidad de mandar. La pregunta es: ¿hasta dónde puede llevar esta filosofía política de ataque, negación y autoproclamación de victoria?
Deja una respuesta