El trágico accidente de motocicleta que marcó un antes y un después en la vida de Bob Dylan

El trágico accidente de motocicleta que marcó un antes y un después en la vida de Bob Dylan

El 6 de julio de 1966 fue un día que cambió para siempre la vida del legendario cantautor estadounidense Bob Dylan. Ese día, mientras conducía su motocicleta Triumph 500 en la carretera de Woodstock, Nueva York, sufrió un accidente grave que lo dejaría al borde de la muerte. El impacto del choque fue tan fuerte que Dylan se vio obligado a reevaluar su estilo de vida y su carrera musical, lo que llevaría a un cambio radical en su enfoque artístico y personal. A continuación, exploraremos cómo este trágico suceso marcó un antes y un después en la vida de este icono de la música.

El trágico accidente de motocicleta que marcó un antes y un después en la vida de Bob Dylan

Detrás de la pasión motera juvenil de Bob Dylan se esconde uno de los mayores misterios de la vida del Premio Nobel de Literatura 2016. Un episodio del cual el cantante sigue sin ofrecer explicaciones claras casi sesenta años después de producirse.

Y lo curioso es que, en realidad, todo podría haber quedado como una simple anécdota motociclista si no fuera porque los especialistas en la vida y obra del genio de Minnesota afirman que para el autor de “Like a Rolling Stone” hubo un antes y un después del accidente y que el Dylan que reapareció ocho años después de aquel siniestro estaba totalemente cambiado.

La pasión de la moto y el misterio del accidente

Bob Dylan nunca ha ocultado en ninguna de sus biografías o escasas entrevistas su devoción por las dos ruedas. Con 16 años recién cumplidos ya adquirió una Harley-Davidson del 45 excedente de guerra y más tarde se haría con la que sería su moto favorita e icónica, la Triumph Bonneville T100 del 64. Una moto con la que le encantaba mostrarse y con la que apareció fotografiado en numerosas ocasiones a pesar de la poca simpatía de Dylan por las cámaras y los objetivos.

A pesar de su carácter taciturno Robert Allen Zimmerman -el verdadero nombre de Bob Dylan- nunca ha ocultado que la moto ha sido una de sus mayores pasiones juveniles. Sin embargo y a pesar de eso un misterioso episodio relacionado con un accidente del genial cantautor sigue sin tener respuesta más de medio siglo después.

Una caída con demasiados interrogantes

El 29 de julio de 1966 Bob Dylan sufrió una grave caída mientras conducía su Triumph cerca de su hogar en Woodstock. Tenía 24 años -la misma edad en que James Dean sufría su fatal accidente de coche- y estaba circulando por la Striebel Road, un carretera revirada con pavimento en mal estado.

Lo primero que llamó la atención a quienes se interesaron por las circunstancias del accidente es que Dylan dio muchas versiones diferentes de la causa del siniestro; que la rueda trasera de su moto se metió en un bache, que se bloqueó cuando la llevaba al taller, que patinó a causa de un vertido de aceite, que el sol le cegó, que el asfalto estaba mojado, que en el pavimento había gravilla.

Incluso hoy -casi sesenta años después- cuando le han preguntado sobre el tema ha seguido dando respuestas ambiguas. En una entrevista en 2006 manifestaba que “no importa la causa. Lo importante es que cuando tuve ese accidente me di cuenta de que todo lo que hacía era trabajar para todas esas sanguijuelas y que ya no quería hacerlo. Además, tenía una familia y lo único que quería era ver a mis hijos”.

El extraño comportamiento de los acompañantes

Otro de los factores que llamó la atención de los investigadores fue el extraño comportamiento de quienes acompañaban al cantante ese día. Porque Dylan no estaba solo cuando cayó de la moto. A pocos metros tras él, le seguían en el automóvil familiar Sara -su esposa- y su manager Albert Grossman. Ambos dieron la misma versión: que se habían quedado rezagados y cuando llegaron a su altura ya lo encontraron tendido y gimiendo en el recodo de la carretera.

Lo realmente extraño es que Grossman y Sara no llevaron inmediatamente al herido a un hospital que estaba a menos de 20 minutos sino que lo cargaron en el automóvil y viajaron durante más de una hora con el accidentado retorciéndose de dolor hasta la pequeña consulta en Middletown del doctor Ed Thaler, donde permanecería un mes.

Según sus familiares esto fue para que dispusiera de tranquilidad y anonimato en su recuperación. pero desde luego no parece lo más adecuado para alguien con el cuello roto y a una vértebra de quedarse parapléjico.

La falta de informes y registros

El tercer elemento que añade misterio a esta narración es que no hay informes policiales ni partes médicos ni registros de seguros ni informes de ningún tipo de rehabilitación posterior al accidente pese a que -según las fuentes cercanas a Dylan y como hemos dicho- se había producido graves fracturas en las vértebras cervicales y había estado a punto de morir o quedarse paralizado.

¿Qué pasó de verdad en Woodstock?

Los dos años anteriores al incidente de Woodstock habían sido muy difíciles para Dylan. Había participado en la marcha de los derechos civiles junto a Joan Baez, con la que mantenía una relación de amigos/amantes absolutamente tumultuosa aunque seguía casado con Sara Lowndes. También acababa de sacar al mercado The Freewheelin' Bob Dylan” que incluía el mítico “Blowind in the wind” y poco después el “The Times They Are a-Changin”, el más político y reivindicativo de todos su álbumes y con el que se había enfrentado abiertamente al “stablishment” hasta el extremo de abandonar en directo una actuación en el “Show de Johnny Carson”. Y por si fuera poco, su nuevo disco doble “Blonde On Blonde” -en el que comenzaban a escucharse sonidos eléctricos- no estaba teniendo demasiado éxito y la compañía discográfica le presionaba.

Dylan estaba permanentemente en el ojo del huracán mediático bien por su música o bien por su compromiso político. Los rumores surgieron de inmediato y fueron desde el intento de suicidio de un Dylan superado por las circunstancias, al enmascaramiento de un tratamiento de desintoxicación de anfetaminas de las que era un secreto a voces que abusaba, pasando porque todo era una invención del cantautor y su entorno para sacar a Dylan del primer plano de la actualidad y darle un descanso.

Esta última teoría desde luego es plausible. aunque si fue así desde luego el descanso fue más largo de lo previsto ya que duró nada más y nada menos que ¡¡¡ocho años!!! tras los cuales Dylan nunca volvió a ser el mismo ni personal ni musicalmente.

El regreso de un Dylan cambiado

Cuando regresó dejó de hacer grandes giras en directo, cambió definitivamente el folk y las camisas de pana por la guitarra eléctrica y abandonó los mensajes reivindicativos para adentrarse en las raíces del rock y el blues y componer canciones más intimistas. Su religiosidad se hizo mayor y Dylan, que es de origen judío, comenzó a interesarse por el cristianismo publicando incluso el álbum “Slow train coming” con letras inspiradas en el Génesis.

Solamente una cosa ha permanecido inalterable desde entonces y hasta ahora: su reticencia a contar lo que pasó de verdad en aquella curva de Woodstock el 29 de julio. El último gran misterio de Robert Allen Zimmerman.

La teoría de la conspiración

Era un secreto a voces que el FBI tenía en el punto de mira a Bob Dylan desde que en 1963 lanzó “The Freewheelin' Bob Dylan'” y se convirtió en el ídolo de la contracultura rebelde estadounidense, lo que dio pie a las consabidas teorías conspiranoicas sobre el papel de los servicios secretos en su extraño accidente.