Terror y Desesperanza Imperan: La Violencia y el Odio Siguen Sin Frenos
En un escenario de absoluta impunidad, la violencia y el odio siguen sembrando el terror y la desesperanza en el país. La sociedad se encuentra sumida en un clima de miedo, donde la inseguridad y la falta de justicia parecen haberse instalado de manera permanente. La impotencia de las instituciones para frenar esta espiral de violencia ha llevado a la población a un estado de desesperanza y indignación, que se ve reflejada en la creciente ola de protestas y demandas de cambio que sacuden al país.
La Violencia y el Odio Invaden el Fútbol: Incidencias Racistas y Hostigamiento en el Estadio
El fútbol vive momentos convulsos en lo que a cuestiones extradeportivas se refiere. La semana pasada, hemos conocido un nuevo incidente racista en el que el jugador del Basconia Elijah Gift fue víctima de un término despectivo contra las personas de raza negra por parte de un jugador rival.
Un nuevo episodio con tintes racistas que se suma a la larga lista de casos ocurridos este año y que ocurre la misma semana en la que el club rojiblanco ha conocido la sanción impuesta por los incidentes ocurridos en el Olímpico de Roma el pasado 26 de septiembre, cuando un grupo de personas lanzaron bengalas contra la grada rival.
Estos hechos se vienen repitiendo en los últimos meses y no hacen más que empeñar la fiesta del fútbol. Parece que la violencia y el odio se han hecho un hueco en los estadios y han conseguido ser los protagonistas de la fiesta cuando ni siquiera deberían estar invitados.
El fútbol debería ser de los aficionados. Pero no de aquellos que dicen serlo y cuyo único objetivo en realidad es montar jaleo sin importar quién juegue. ¿Qué hacían 5 personas pertenecientes al Ultramarine del Girondins de Burdeos en un partido entre la Roma y el Athletic? Seguro que no viajaron con la intención de disfrutar única y exclusivamente del fútbol, ya que todos ellos están implicados en los incidentes.
El fútbol debería ser de aquellos aficionados que acuden al estadio para disfrutar y animar a su equipo de manera respetuosa. Pero desgraciadamente, unos y otros se juntan en el mismo espacio y al final pagan justos por pecadores.
Hay que cortar de raíz este problema, y para ello, todos los actores implicados en el fútbol deben ser contundentes y aplicar medidas duras y eficaces. En este sentido, tanto el Athletic como sus jugadores han actuado de manera firme y correcta ante lo sucedido. Sin embargo, se trata de un problema global en el que todos deberíamos ir a una.
Fuera violencia de nuestro fútbol. Es hora de que todos los involucrados en el fútbol tomen medidas efectivas para erradicar la violencia y el odio de los estadios y devolver el fútbol a su esencia: la pasión, la emoción y el disfrute.
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