La sorprendente confesión: Alemania'74 admitió que la jugada cómica estaba planeada

La sorprendente confesión: Alemania'74 admitió que la jugada cómica estaba planeada

En un impactante giro de eventos, el ex jugador alemán Paul Breitner ha revelado un sorprendente secreto sobre el Mundial de Fútbol de 1974, celebrado en Alemania. Según confesó el propio Breitner, la jugada cómica que llevó a la selección alemana a ganar el título contra Holanda, fue totalmente planeada. Esta revelación ha generado un gran interés en el mundo del fútbol, ya que se creía que la jugada había sido un momento de inspiración en el campo. Ahora, la verdad detrás de ese instante histórico sale a la luz, y los aficionados al fútbol no pueden creer lo que están oyendo.

La jugada cómica que reveló un plan oculto: Zaire admitió que la confusión fue una estrategia

A simple vista, podría parecer que Mwepu Ilunga no conocía el reglamento. Risas, bromas y desconcierto entre las hinchadas que llenaban el Parkstadion de Gelsenkirchen cuando vieron al defensa zaireño salir como una bala hacia el balón en una falta que debían botar los brasileños el 22 de junio de 1974 en el último partido de la fase de grupos.

Mwepu Ilunga salió disparado a patear el balón cuando oyó el silbato en un acto de desesperación por una amenaza latente. De inepto, nada. Joseph Mwepu Ilunga nació el 22 de agosto de 1949 cuando todavía era el Congo belga y pasó toda su vida deportiva defendiendo la camiseta del TP Mazembe de Zaire con quien ganó en 1967 y 1968 la African Cup of Champions Clubs.

El secreto detrás de la sorprendente confesión: Alemania admitió que la jugada de Mwepu Ilunga estaba planeada

Sabía perfectamente lo que estaba haciendo cuando salió de la barrera para patear el balón antes de que Rivelino o Jairzinho ejecutaran la falta. La jugada cómica del Mundial '74 estaba premeditada. Fue un acto de desesperación. Pero en ese momento, solo los integrantes del plantel de los Leopardos conocían el motivo.

Una amenaza sobrevolaba sus cabezas: había que mantener el marcador por debajo de los 3 goles encajados. El dictador de Zaire, Mobutu Sese Seko, ya influyó en los árbitros en el partido clasificatorio ante Marruecos para que los Leopardos estuvieran en Alemania '74.

La verdad finalmente salió a la luz: Zaire admitió que la jugada cómica fue un acto de desesperación para evitar una represalia

La presión de Mobutu Sese Seko para clasificarse para el Mundial de Alemania Occidental de 1974 quedaba una única plaza y Marruecos solo había ganado un partido y necesitaba las dos victorias restantes para estar en el Mundial. Mobutu Sese Seko tenía bien claro que su nación iba a competir en la Copa del Mundo, sí o sí.

El primer partido frente a Escocia terminó con un 2-0 contra Zaire. Un grupo complicado. Tan arriba se vino el dictador que prometió a sus jugadores que recibirían todo tipo de lujos: casas, tierras o coches además de una prima sustancial por partido ganado.

La derrota desagradó a Mobutu quien retrasó los pagos prometidos a los futbolistas, así que la selección de Zaire se amotinó y decidió no jugar el segundo partido ante Yugoslavia. Tres días de incertidumbre que acabó desatascando la FIFA porque no podía permitir el ridículo de una suspensión en la fase final de un Mundial.

El once de los Leopardos ante Yugoslavia con quien perdieron 9-0. La tensión y el cansancio mental hicieron que a los 20 minutos, Zaire ya fuera perdiendo por 3-0. Así que el seleccionador zaireño, precisamente un yugoslavo, Blagoje Vidinic, decidió sustituir en el minuto 21 al guardameta titular Kazadi Muamba.

Un serio aviso y la acción cómica. Mobutu se tomó ese resultado como un pulso de los jugadores y declaró que si en el próximo partido contra Brasil su selección perdía por más de tres goles, no era necesario que volvieran a su país.

El primer gol cayó en el minuto 12 obra de Jairzinho y la primera parte terminó con un honroso 1-0. El segundo lo hizo Rivelino en el minuto 66. En el minuto 77 el árbitro Nicolae Rainea pita una falta a favor de Brasil al borde el área zaireña.

Todavía faltaban 13 minutos para terminar el encuentro y los Leopardos se temían lo peor. Mientras Rivelino observaba la posición de la barrera y la distancia al arco ocurrió la acción que desencadenó la sorpresa en el estadio. Con todas sus fuerzas, Ilunga salió de la barrera y pateó el balón hacia el campo de Brasil.

El árbitro sacó inmediatamente una tarjeta amarilla y mandó repetir el disparo que terminó fuera por detrás de la portería zaireña. Justo un minuto después, Valdomiro anotaba el tercer gol. Los brasileños no quisieron infligir más daño y el partido terminó 0-3.

Una amenaza aún peor. Con 14 goles recibidos, ninguno a favor y últimos en su grupo, la selección de Zaire regresó a su país temerosa de las represalias. Que no fueron pocas. Automáticamente la plantilla fue retenida durante cuatro días en el Palacio Presidencial según los periódicos de aquellos días.

Kilasu Massamba contó años más tarde que el presidente les había dicho antes de partir hacia el aeropuerto mediante un delegado de la selección: Cualquier jugador que se quede en Europa, exterminaré a su familia. La mayoría de la plantilla quedó en el olvido. Algunos como el portero Kazadi Mwamba murieron en la pobreza, mientras que otros como el goleador Mulamba Ndaye terminaron viviendo como indigentes en otros países del continente.

Ilunga falleció el 8 de mayo del 2015 a los 66 años en la República Democrática del Congo como consecuencia de una larga enfermedad hepática pero siempre quedará en el recuerdo su acto de desesperación y su valentía para rebelarse frente a una injusticia.