El reino del fútbol
En el mundo del deporte, hay un reinado indiscutible que ha conquistado corazones y campos de juego de todas partes del planeta. El fútbol, considerado el deporte rey, es un fenómeno que trasciende fronteras y culturas, uniendo a millones de personas en una pasión común. Con su riqueza histórica, su emocionante competencia y su impacto social, el fútbol ha demostrado ser un auténtico imperio que sigue creciendo y evolucionando con el tiempo. En este artículo, exploraremos el mundo fascinante del fútbol, desde sus orígenes hasta sus logros actuales, y analizaremos por qué este deporte es considerado el reino del fútbol.
El Barça de Flick: un reino del fútbol donde la exuberancia ofensiva reina suprema
El Barça de Flick es un ejemplo de exuberancia ofensiva porque ha reforzado unos signos de identidad inconfundibles con una gran efectividad goleadora. La mejor noticia es que lo ha conseguido por diferentes caminos para ser indetectable. Los goles tienen orígenes distintos, autores diversos y naturalezas variadas.
Ni tan solo los postes, especialmente desagradecidos con el Barça, han evitado que la productividad ofensiva sea notablemente alta. Todo ello refuerza una verdad no muy reconocida: el gol también es una consecuencia del juego.
La potencia ofensiva del Barça en números
Hoy tocan números. Son 31 tantos en 10 partidos entre Liga y Champions, más de 3 de media. Evidentemente, máximo anotador del campeonato doméstico con 8 de margen respecto el Madrid y el Villarreal, que vienen detrás. De los 25 del campeonato regular, 16 de la delantera formada por Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha.
Son destacables los números de Lewandowski, que suma 9 tantos en los primeros 10 encuentros, con una efectividad fuera de categoría. Según datos del 'Laboratori de la TdT', lo ha logrado en solo 17 remates a portería, lo que significa que un 53% de sus chuts bien dirigidos acaban en gol. Así está superando el 39% de las dos anteriores temporadas.
La diversidad ofensiva del Barça
A nivel colectivo, es una alegría comprobar la diversidad y que el Barça no se ha quedado aún nunca a cero. Ya ha acertado diez veces con el balón parado, sean primeras o segundas jugadas. Con córners en largo y en corto desde ambos lados, faltas laterales, penaltis e incluso tras una transición originada en la defensa de un saque de esquina.
El gol de Íñigo Martínez contra el Young Boys es el único de cabeza, pero se ha llegado al éxito tras recuperaciones en la presión, tiros exteriores que se han convertido en un hábito, pases medidos a la espalda de la defensa, acciones afortunadas de accidentes del meta rival, centros laterales envenenados, aventuras individuales llenas de talento, ambición en el área pequeña con los rebotes y transiciones bien articuladas a campo abierto.
Es decir, una macedonia bien elaborada que enriquece el potencial ofensivo blaugrana. ¡Que no pare la fiesta!
El Betis y los medias puntas
Hay equipos con una predilección especial con ciertos perfiles de futbolistas, capitales para su manera de expresarse. Si sabes lo que quieres, es más fácil acertar incluso en apuestas arriesgadas. Como le pasa al Betis con los medias puntas.
Para la idea de Pellegrini, este jugador entre líneas es primordial. La confianza que le entrega para explotar su creatividad, la libertad que le proporciona para inventar y el peso que le otorga para liderar es el escenario ideal para la explosión de un tipo de jugador.
Tanto es así que se ha acostumbrado a rehabilitar talentos que se perdían como Fekir, Isco y ahora Lo Celso. El argentino ha vuelto al Betis tras no encontrar su mejor versión en el Tottenham, ni tampoco en el Villarreal. Nada más aterrizar, cinco goles en tantos partidos. A su medida.
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